No sé si alguna recordará que hace unas semanas dejé un post relativo a la violencia en juego simbólico y los amigos imaginarios que empezaba a notar en mi hija. Pués ya tuve esa tutoría que me había propuesto con su maestra. Lo primero decir que quedé sumamente satisfecha de la fluidez con la cual se desarrolló dado que tocábamos un tema, por una parte, escabroso, que podía implicar malos ejemplos de parte de ella, algo que podía "desmadrarse" fácilmente. Sin embargo, y con toda educación, se mostró interesada en que no me quedara con la idea de que ella era agresiva a la hora de reprender a los niños por las cosas malas que estos pudieran hacer. Recordó que la clase siempre está abierta para el padre que quiera presenciarla y pasó a explicar que su método era: tiempo aparte para la reflexión y para tranquilizarse cuando el niño a conciencia vulnera las normas. No se explica el por qué mi hija al jugar a ser la maestra simula sólo lo negativo y dijo que le gustaría que en ella quedasen otros ejemplos del ambiente armónico, organizado, fértil en actividades lucrativas, en que se desenvuelve la clase. Yo sinceramente le creo porque he tenido la oportunidad de ver en directo lo que ella dice. También me dijo que hay un niño de su clase que está dando especiales problemas y que se le va el día en corregirlo con lo cual todos los niños parecen conocerle y hablar de él en casa. Pobre. Por la otra parte, que era su amiga demasiado real-imaginaria, estuvo explicándome todo lo común que ellas tienen en su temperamento, en que se quieren y lo mismo se dan cariño como se pegan ya que son posesivas y dominantes ambas. Pero que mi hija está bastante integrada con la clase así que por aquello de que se evade en su amiga o refugia en exclusiva, yo quedé más tranquila, de todas maneras, todo eso ha pasado y ahora puedo notar que mi hija también hace alusión a las cosas positivas, como leerle cuentos a "sus niños" y así.
Insistió en el talento, madurez, buen corazón de mi hija y que no la consieraba para nada violenta pero sí con mucho carácter, egocéntrica como casi todos a su edad, con un sentido de propiedad agudo en el cual había que trabajar.
Cómo todo, nuevos problemas, nuevas soluciones. Los padres tenemos que ser artistas, nuestros hijos, cada vez más, tienen criterio propio, por muy peques que los veamos, y lejos de coartarlos creo que con ellos hay que ser creativos. Yo ahora cuando hablamos de su amiga, aparte de mostrarme interesada aprovecho para preguntar por los demás. Y cuando habla de ese amiguito problemático le digo que no hay que recriminarlo sino recordarle que no se pega, no se rompe, no se grita, etc. Y le digo que no sea tan "severa" con él.
Bueno que me he extendido un montón, jejeje. Gracias por llegar a este punto y no aburrirse en el camino.
Saludos menos preocupados,
Laiming.