¿Taylor Sofía?, ¿Taylor Jimena?, ¡uy no, qué espanto!
Taylor es un apellido, no un nombre; no sé a quién se le ocurrió ponerle a un hijo un apellido por nombre, y menos me cabe en la cabeza que incluso en un país de habla inglesa los papás nombren a sus hijos con apellidos, como eso de ponerle a una chiquita Taylor Swift, sabiendo además que es llamarla Sastre Swift, y hasta hay quienes llaman a sus hijas París, ¡pobres niñas!
Precisamente mi apellido es Taylor, y suena bien como apellido pero jamás como nombre; es como si a una hija le pusieran por nombre Castro Angélica, Herrera Lucía, Ramírez María y así por el estilo.
No pensaba que en España fueran como en América Latina, donde los papás se empeñan en ponerles nombres extranjeros y hasta raros a sus hijos porque les parece muy sofisticado o elegante, o muy "nice", desvalorando su propio idioma, y lo peor es que ni siquiera saben qué significan, y hasta los escriben mal... como una mujer que en mi país le puso a su hijo el nombre "Killer", y cuando se dio cuenta del significado de esa palabra inglesa se fue corriendo al Registro para cambiárselo, o como una pareja que un día caminaba por el puerto y vieron "un nombre" escrito en un barco, y como les gustó se lo pusieron a su hija: la llamaron "Usnavy", pero no se dieron cuenta de lo que quería decir el letrero en el barco que decía "U.S. Navy", o sea, "Naval de los Estados Unidos".
¡Uy no, qué horror!