quiero contaros algo (bebé y pareja) necesito vuestra ayuda...qué me está pasando?

No sé bien ni por dónde empezar. Antes de nada daros las gracias, porque sé que estoy en un foro de bebés, y aunque lo que quiero contaros me ha sucedido desde que he tenido a mi bebé, pues he de daros las gracias porque el tema en sí no es sobre mi nene.

Para que entendais un poco mi historia tengo que contaros un poco sobre mi pasado.
Cuando tenía 16 años (una niña) empecé a salir con el que fue mi novio durante cinco años. Con casi 21 aquello terminó porque no hacíamos sino discutir por tonterías, y porque en parte me di cuenta de que lo quería como a un hermano.
Mi relación con su familia era magnífica, mi familia y la suya se llevaban también porque teníamos una actividad en común. Y fueron tantas cosas las que compartimos juntos, tantas vivencias, ilusiones, proyectos... que cuando nos separamos para mí (a pesar de que fui yo la que tomó la decisión) fue como un divorcio.
Juntos vivimos el cambio del insituto a la Universidad (aunque no estudiábamos en el mismo centro). Y él, cuando cumplió la edad, decidió que se pondría a estudiar oposiones para conseguir un trabajo y casarnos. Con tan sólo 20 años íbamos de paseo y nos parábamos con ilusión delante de los escaparates de tiendas de novias, o delante de los de tiendas de bebés. Y hablábamos con mucha alegría de nuestro futuro. Juntos teníamos una bonita vida por delante.
La complicidad entre nosotros era genial, y aunque siempre estábamos juntos, nunca nos cansábamos de ello. Teníamos muchos amigos y lo pasábamos en grande.
Pero aquello terminó, llegaron discusiones ... cosas de niños, y puse fin al asunto. Por aquel entonces él cambió mucho su actitud, se dejó llevar por una serie de amigos nuevos que lo aconsejaron muy mal, y me trataba no demasiado bien. De modo que yo sólo quería romper y acabar con aquello que tanto daño me estaba haciendo.
Rompimos y cada uno por su lado.
A pesar de esa decisión, muchas veces lo vi por fuera de mi facultad, sólo, sentado en un banco, como esperando verme. También visitó alguna vez a algún miembro de mi familia con el que mantenía una buena relación (mis primos).
Pero pasaron los meses y yo comencé a salir con otro chico. Y él le dijo a los que le preguntaron, que yo lo había dejado por otro.
Desde entonces han pasado 10 años, diez largos años, y nos hemos econtrado en múltiples ocasiones.
Después de él yo estuve con este chico que os nombré, con el que duré muy poco, porque era la antítesis de él, y no teníamos demasiado en común. Yo estaba acostumbrada a la madurez de mi ex, y a una visión de futuro alentadora, mientras que éste chico no me daba estabilidad ninguna.
Él estuvo con un par de chicas, físicamente muy parecidas a mí, era algo que a todo el mundo llamaba la atención.
Nos encontramos varias veces y siempre se ponía muy nervioso. He de reconocer que yo también. De hecho, yo necesité al principio, ayuda psicológica porque me hundí, os digo como si hubiera sido un divorcio. Pero tenía claro (o me engañaba a mí misma?) que no quería estar con él.
Pasaron cinco años y conocí a mi marido. Un chico estupendo, muy parecido a lo que yo buscaba en la vida. Me ofreció tranquilidad, estabilidad, pero también me mintió a los pocos meses de estar con él, o mejor dicho, omitió cómo había sido su vida hasta ese momento (relaciones que había tenido, en sí una bobería, pero claro... no dejaba de ser una mentira). Como yo no tenía un amplio pasado sentimental, creyó que si me contaba su repertorio saldría huyendo, de modo que lo ocultó, pero cuando me enteré, a cuenta gotas, aquello fue como la mayor de las traiciones. Simplemente porque me lo había ocultado, sólo me había comentado que en su vida había habido dos chicas. Y el resto? Vinieron después...
No era un gran problema, pero vinieron las desconfianzas, las discusiones, la tristeza... y toda la magia de los cuatro primeros meses juntos, desapareció.

Aún así, luchamos juntos, y... mirad, pues nos casamos, y tres años después vino nuestro tesorito, que ahora tiene cinco meses.
En cuatro años de matrimonio hemos vivido de todo. Y he de reconocer que no ha sido un camino de rosas. Hemos tenido muchos problemas porque la base (aquella mentira del principio) no estaba solucionada.
Hemos discutido como jamás pensé que lo haría con nadie. Hemos estado incluso a punto de separarnos. Pero a pesar de los pesares, seguimos juntos, y cuando mejor estábamos decidimos ir a por nuestro regalo del cielo.

Hoy en día, nos va mal? No, al contrario, quien nos ve, puede decir, y de hecho nuestros amigos lo dicen, que somos una pareja ideal, que él es un padre estupendo, y un maravilloso marido. Y lo cierto es que lo es.
Pero... soy feliz? A veces creo que no. Y ahí empieza mi sufrimiento, el que quiero compartir con vosotras.

Como os comenté he necesitado ayuda psicológica porque me hundí no sólo en una ocasión, sino en varias. Primero la ruptura, luego la soledad, luego los problemas con mi marido. Así que puede decirse que soy débil psicológicamente. No recuerdo cuándo fue la época de mi vida en la que no sufría, creo que fue antes de los 16 años...
la familia de mi marido. Son malos? para nada. Pero sí son muy raros. No son cariñosos, son poco colaboradores, han pasado siempre de nuestras necesidades. Mis cuñados siendo jóvenes, pasan de todo también. Y yo no me he sentido arropada por esa familia.
Cuando tuvimos los problemas entre nosotros, mi suegra animaba a mi marido a irse con ella. Y aunque siempre me ha tratado con cierto cariño si se puede decir así (vamos que no me trata mal) pues esa espina la tengo clavada.
Cuando llegan cumpleaños, reyes, ellos no me compran nada. Lo hace mi marido y ella me lo da.
Nunca nos han ayudado en nada, ni siquiera con las cosas del niño... y bueno, esto es lo de menos, pero sí es cierto que a nivel familiar tengo un gran vacío. Son muy raros...
Y mi marido también lo es. No sé si por sus vivencias o por qué pero tiene un carácter muy tosco, muy bruto y cuando discute conmigo, o cuando no está de acuerdo con algo, me hace daño. No por lo que hace, sino por lo que dice, y por cómo lo dice.
No siento que yo sea lo primero en su vida. Lo he visto más emocionarse con las cosas del trabajo, o por ver llorar a algún miembro de su familia, que conmigo.
Siento un gran vacío en muchos momentos a su lado... Y no sé, si es que le exijo demasiado.

Mi ex, aquel con el que empecé cuando tenía 16 años, también se casó. El mismo año que yo. Pero hace como medio año me enteré de que se había separado. También me enteré de que sus padres (que en su momento no hicieron nada por saber qué había pasado, o en qué podían ayudar) no dejan de lamentarse por aquella relación que perdimos, no dejan de recordarme con cariño y de nombrarme a cada rato.
Y parece que no son los únicos, que él tambíén lo hace. Parece que lo ha pasado mal, lógico, se ha separado, y sabiendo cuáles eran sus sueños en la vida, sé que debe de estar destrozado.

Ha conseguido en estos ultimos meses el proyecto laboral que en su momento se propuso conmigo, y que sepa está de nuevo con su familia, y no quiere saber de su ex mujer.
Y qué tiene que ver todo esto conmigo y con mi nueva maternidad? Pues bien,desde que he sabido que se ha separado, que su vida no ha ido bien, que de alguna manera ambos hemos sufrido, no puedo dejar de sentir el vacío que llevo sintiendo todos estos años, pero aladiéndole la nostalgia del recuerdo.
Muchas veces en el día pienso en cómo hubiera sido mi vida con él. Para empezar tendríamos todo conjunto, cuentas, todo. Con mi marido las tengo separadas. Y no hay una total compenetración con respecto a los gastos, a los ingresos...no sé a veces parecemos novios.
Pienso en el cariño que me daban sus padres, para ellos yo era una más de la familia.
Y recuerdo el romanticismo con el que vivíamos el día a día.
Ahora tengo que rogarle día a día a mi marido que me dé cariño. Y él me dice que me lo da, que él es así, que su carácter es así... sé que le pido más de lo que puede dar, quizá le he estado pidiendo lo que él no me puede dar.

El tema está en que siento demasiada añoranza de aquellos años, y han pasado diez desde entoces. Y no sé si es que vivo idealizando aquella época, o si es que realmente nuestros caminos nunca tuvieron que haberse separado.
Para colmo, revisando en mis vídeos caseros, he encotrado grabaciones de aquella época, y analizando su comportamiento, bebia los vientos por mí, puedo decir que estaba enamorado...
De mi marido puedo decirlo? Lo supongo, por la vida que llevamos en común, pero no lo puedo afirmar.
Estoy confundida, no sé qué que me está pasando. Sabeis cómo me siento? como la protagonista de los puentes de Madison.

Y sufro porque creo que mi marido tampoco se merece este sentimiento. Por supuesto ni lo sabe ni lo sospecha. Sólo sabe que cada día me quejo y le pido...
Ahora mismo he de prepararme para ir a almorzar a casa de sus padres y... tengo hasta ganas de llorar. Me siento tan mal allí...

No sé qué me pasa, no sé si estoy idealizando como os digo, no sé si vivo del pasado... Lo que sé es que quiero, deseo ser feliz. Y quizá no lo he sido porque yo misma no lo permito.

Por favor, aunque sé que no es un tema adecuado, y aunque sé que no es tan importante como el de otras compañeras del foro que están pasándolo muy mal (os mando un besote y todo mi ánimo), necesito un poquito de vuestro tiempo y vuestra ayuda. No tengo a quién comentarle todo esto, porque parece una locura. Y más ahora que he tenido a mi pequeño, al que miro y me siento doblemente mal, por sentirme así. Mi pequeñín es mi vida, es la razón de mi existencia.
Gracias por ayudarme.