En primer lugar, he conocido pediatras maravillosos que le han hecho mucho bien a mi hija y nos han ayudado mucho en la ardua tarea que es sacar adelante a un bebé. Me imagino que no es fácil en ningún caso, yo sólo sé que a mi por lo menos me está costando lo mío que engorde y crezca de una forma adecuada en su propio proceso de desarrollo (y no comparando con los demás, porque cada uno va a su ritmo y acorde con sus circunstancias).
Pues he tenido la mala fortuna de encontrarme con un señor que tras trasladarme de ciudad me asignaron como pediatra de mi hija. Es largo y no viene a cuento entrar en detalles pero llegó un momento cuando mi hija contaba con 9 meses de edad que se llevó vomitando en repetidas ocasiones durante muchos días (creo que fueron dos semanas). El caso es que yo veía que la nena no hacía más que mermar en volumen y la pesaba y perdía y la llevé a su médico y me decía que no me preocupase, que las madres primerizas nos alarmábamos sin causa justificada y que la niña tenía un catarro y ya está. Me dió un folleto informativo de qué era un catarro y como se trataba y para casa. Le pedí que por favor le pesara ya que sabía que perdía peso y yo no lo veía normal y me dijo que no, que no era necesario. En aquel momento me sentí disgustada pero como él era el médico pues será así y yo no tengo porque ponerlo en duda . Hasta que me cansé de sentir miedo a que mi hija se ahogara con sus propios vómitos sobre todo por la noche y de verle cada vez peor cara y la llevé al hospital ya con lágrimas en los ojos porque mi sentido común (que las madres primerizas sí que lo tenemos por mucho que algunos nos lo quieran poner en duda) me indicaba que no era normal. Pues en cuanto vieron a la niña detectaron lo débil que estaba y mi estado de ansiedad pienso que justificado porque hacía dos días que todo lo vomitaba, y se quedaba como muy débil. De hecho, la mañana siguiente después de su ingreso se desmayó y la auxiliar que estaba en ese momento en la habitación me dijó que creía que había muerto...Pues imaginaros mi angustia....Pero bueno, en el hospital le atendieron muy bien, le consiguieron cortar los vómitos con ratidimina y la aislaron en una habitación durante una semana hasta que se recuperara algo pues su estado era tal que cualquier cosita que cogiera podría ser fatal según me indicaron. Además, tras muchas pruebas averiguaron que tenía una infección respiratoria grave (y el otro me había dicho que se trataba de un catarro, algo muy frecuente) además de una intolerancia a la proteina vacuna que parece que ya ha superdado.Me pidieron que volviera a confiar en los médicos y al día de hoy ya lo he hecho. La recuperación ha sido lenta y yo tuve y quise posponer mi incorporación a la vida laboral porque me dijeron que nada de guardería hasta que se hubiera recuperado algo.
Bueno, pues después de todo esto, hablé para que me cambiaran de pediatra (me lo aconsejaron también en el hospital) y tiene una muy maja que nos está ayudando mucho.
Pero la mala fortuna ha querido que hoy me encuentre de nuevo con su anterior médico pues la suya estaba de vacaciones y me asignaron la consulta con él. No le iba a decir nada porque odio los enfrentamientos y porque soy crítica conmigo misma y siempre pienso que no tengo porque llevar la razón más en un caso como es mi hija que es lo que más duele en el mundo y por lo tanto, me es muy difícil ser objetiva. Pues bien, lo que hoy tenía la nena era poca cosa pero salío el tema de que tenía en casa leche Damira 200 y él me dijo que como la nena andaba suelta de vientre que mejor tomara leche sin lactosa pero que ésta no le valía. Me pregunta que porqué mi niña tomaba esta leche y ya que no había pacientes esperando cuando entré le digo: mire voy a aprovechar para contarle porque en su día me cambié de médico y la otra pediatra aceptó mi caso.
Bueno, pues le conté todo lo que os he contado en este largo posit y después le digo que puedo entender un error humano, que nadie es culpable de que un bebé enferme pero lo que sí tenía en contra de él es que se negara a pesarla cuando se lo pedí aquel día que por un lado estaba justificado pero que sólo por tranquilizar a la madre ya valía la pena. Me contesta que no, que no tiene que pesar a los bebés cuando no lo cree necesario y que aunque sean 30 segundos si los multiplica por los 30 niños que a lo mejor tiene que ver, pues fíjate que de tiempo y además, que mi hija no estuvo tan grave. Le he contestado que es el único que confirma esto y que a un bebé no lo tienen aislado en una habitación por gusto, y además, ¿él que sabe?
En fin, perdonad pero es que estoy tan indignada y disgustada que tenía que escribir esto, no por mí ni por mi hija, que yo ya he espabilado y la llevaré donde haga falta si la puedo ayudar a mejorar su salud pero por los bebés que este hombre (y espero que no haya muchos como él) se someten a su juicio y hacer como pediatra. Por favor, ya sé que lo hacéis y que cada una es la mejor madre para su hijo/a pero tenemos que defender siempre tanto nuestro derecho a ser atendidos correctamente y máximo a vigilar por la adecuada atención a los más pequeños, que yo ya he aprendido cómo de frágiles pueden llegar a ser.
Gracias de corazón a la persona que haya tenido la paciencia de leerme. Necesitaba contarlo.