y cuando das todos los pasos necesarios, cuando te has convencido emocionalmente que sólamente tienes un 30% de éxito, te asaltan los miedos. Qué incongruencia, lo que quiere el corazón y lo que dicta la mente, por un lado el corazón, el deseo, el anhelo de llevar en tus entrañas a tu bebé, y por otro lado la cabeza, lo racional, ese miedo que detiene el deseo, que te hace reflexionar una y otra vez si realmente tienes que seguir adelante. A veces pienso, si no he sido madre biológica en mis 41 años de vida, quizás sea, porque la vida es así, y deberá asumir que la vida ha querido eso para mi. Pero ¿dónde van a parar mis deseos, mis anhelos?. Consultas médicas, listas de espera, discusiones, pasan los días, los meses, los años, y para qué, para qué a mis 41 años, después de todo lo que he vivido, siga sin tener a ese bebé que he deseado toda mi vida, y todavía peor, con un miedo terrible a seguir adelante cuando ya tengo cita en una clínica privada para someterme a una adopción de embriones.
No sé porqué algo me tira para atrás, quizás miedo a otro fracaso, que no pueda asumir, quizás mi vida ahora está tan "acostumbrada" a no tener ese bebé que el pensar en tenerlo se me hace cuesta arriba.
Porqué la razón, la mente, la cabeza está en contra al deseo y al anhelo del corazón.
Tengo visita para mañana, para empezar la adopción de embriones, y todavía me estoy planteando si seguir o no seguir, cuántas dudas y cuántos miedos.
No sé lo que haré, si anularé la hora o seguiré adelante, pero tanto una cosa como la otra me aterra. Me consideraba una mujer valiente y que podía afrontar todo con la cabeza bien alta, y ahora me doy cuenta que no soy tan valiente como creía, me siento cobarde por no saber compaginar la razón con el corazón.
Chicas siento en el alma un dolor desgarrador, que sólo vosotras podéis entender.
No quiero desilusionar a nadie, sólo son mis pensamientos derrotados.
Adabella.