Hola chicas!!!
Al final las ecografías y la intuición de los gines no falló...Hugo decidió venir al mundo casi 10 días antes de mi fpp!!!! Y todo empezó justo hoy hace una semana!! Os cuento mi parto!!
Me levanté el 15 de mayo estupendamente como todos los días y pensé que ya quedaba un día menos...ni me imaginaba que a la 13hrs rompería aguas!!! Fue algo extraño, estaba sentada en el sofá, acababa de hablar por teléfono con una amiga diciendole que me encontraba bien y que no creía que se me fuera a adelantar...pues bien, fue colgarla y parecía que Hugo había estado escuchando y decidió actuar... justo colgar el teléfono y zas!! un pequeño chorreo...fui al baño, me cambié entre emocionada y tranquila, volví a mojar y así poquito a poquito. POr suerte mi marido estaba en casa por ser fiesta en madrid y con tranquilidad fuimos al hospital.
Allí a las 15hrs me dijeron tras explorarme que estaba MUY VERDE y que si no me ponía sola de parto, que era lo más seguro dado lo verde que estaba, me lo inducirían por la mañana. Allí estuve TODO EL DÍA metida y fresca como una rosa.
A las 00:30 del día 16 de mayo empecé con contracciones, me subieron a monitores y vieron que había empezado pero seguía sin dilatar, era sólo el inicio y seguían dudando de que me pusiera de parto por mi sola.
Volví a subir a las 2hrs para ver cómo iba y por fin había dilatado 2 cm...fue entonces cuando dijeron que me subirían a paritorio a las 6 de la mañana para ver que tal la dilatación porque a pesar de los 2cm estaba muy verde...pero chicas... justo entonces Hugo decidió que ya era su hora y comencé a dilatar a pasos agigantados para ser primeriza. Tanto que de 4 a 8 de la mañana dilaté completamente. Según la matrona, fui super rápida dilantando para ser primeriza.
Me pusieron una epi muy flojita para soportar las últimas contracciones y el anestesista me dijo que como iba rápido sólo me la ponía para dos horas... y vaya que si duró solo dos horas... en la parte de los pujos yo sentía todo, la presión de su cabezita y las ganas de empujar. Tenía tantas ganas de verle y estaba tan tranquila por tener a mi marido a mi lado -que hasta el último momento no sabía si iba a estar presente por esos "miedos" que algunos tienen- que lo hice lo mejor que pude y resistí el dolor. Quizás por eso no me creían cuando les decía que ya no tenía epi y que lo sentía todo...
Al final se ralentizó un poco el proceso. Mi marido me dió ánimos diciendome que ya se le veía la cabezita y entonces sentí el corte de la epi que me dieron sin anestesia. Pegué un grito enorme y fue cuando la matrona me creyó y llamó a gritos a un anestesista...y entonces fue como en las pelis, apareció uno corriendo para ponerme analgesia local (para luego poder coser) y me pusieron un poco más de epidural en la vía para que actuara rápido...
Pero chicas, a pesar del tijeretazo nadie me quita que en ese momento me sintiera super feliz porque sentí como se deslizaba, como salía su cabecita y acto seguido su cuerpo. Algo tan bonito y también algo tan "salvaje" que soy incapaz de describirlo.
Es cierto que nada más salir los dolores se pasan, se olvidan: tienes a tu bebé. Yo entré como en una fase de borrado de datos e incluso no recuerdo muy bien el momento de las contracciones.
Para mi, fue un parto precioso...pero sólo despues de mi niño que es lo mejor que me ha pasado.
Por cierto, después lo tuvimos que tener dos días ingresado para fototerapia por el tema de la bilirrubina porque Hugo no era compatible con mi grupo sanguineo y a día de hoy sigue destruyendo la sangre que yo le pasé para fabricar la suya.
Han sido dos días horrorosos por verle allí metido, con esas gafas y vendas que le apretaban su carita, desnudito, por no poder cogerle cada vez que queríamos, por estar a espensas de lo que nos decían los enfermeros de neonatos... por no poder darle todo el amor del mundo..Pero por suerte ayer le dieron el alta y está en casa ypParece que lo sabe. Vuelve a ser el mismo bebé de antes, sólo come y duerme. Allí el pobre lloraba tanto...
Simplemente puedo decir que Hugo es mi pequeño tesoro.
PD Siento el ladrillo, pero no puedo dejar de hablar del momento más importante de mi vida.