es larga pero vale la pena leerlo.nos saca de muchas dudas,y miedos.
a mi personalmente me ayudo mucho.
LOS MOVIMIENTOS DEL FETO
LLUÍS MARCET
Los primeros movimientos del embrión los podemos observar al cabo de unos segundos de estar practicando una ecografía por vía vaginal. Esto ocurre alrededor de las 8 10 semanas de gestación. Se trata de unos movimientos de tipo reflejo. El embrión es sensible a los ultrasonidos que salen de la sonda vaginal, ultrasonidos que son inocuos para el embrión .
En la siguiente ecografía, alrededor de las doce semanas, estos movimientos embrionarios son más intensos y espectaculares, pudiendo distinguir perfectamente las cuatro extremidades del embrión.
Estos movimientos no son percibidos por la madre debido a que el líquido amniótico es abundante y a que las paredes del útero están alejadas de la extremidades del bebé.
El feto es muy activo a partir del quinto mes, dando verdaderos golpes contra la pared uterina: son los que percibe la madre como movimientos fetales, parecidos a pequeñas coces.
En el Sexto mes la frecuencia de movimientos fetales puede ser de 20 a 60 cada hora cuando el bebé está despierto. Estos movimientos ya no son tan reflejos: podemos ver, a través de la ecografía, cómo lleva su pulgar a la boca, cómo abre y cierra los dedos de la mano, o cómo con la mano se toca el abdomen o las extremidades inferiores.
Es en esta época cuando vemos cómo cambia de posición haciendo palanca con sus pies sobre las paredes del útero.
En el Séptimo mes veremos cómo pedalea, y cómo abre y cierra la boca sacando incluso la lengua.
A los Ocho meses los movimientos empiezan a escasear debido a la falta de espacio dentro del útero.
Podemos afirmar que los movimientos fetales son sinónimo de bienestar fetal: a mayor cantidad de movimientos fetales deducimos un mejor estado de salud del bebé.
Pero no olvidemos que el bebé duerme de 16 a 20 horas cada día y que el ritmo de vigilia-sueño no se superpone al de la madre: durante el sueño fetal desaparecen los movimientos del feto sin que ello deba crear angustia en la madre.
El bebé tiene fases de sueño profundo, otras de sueño ligero, y otras de sueño paradoxal: es en estos momentos cuando se supone que puede estar soñando.
Los períodos de vigilia y de sueño los podemos conocer y hasta medir por sus movimientos corporales, su ritmo cardíaco y sus movimientos respiratorios.
Normalmente los movimientos fetales aumentan durante el descanso materno, y son capaces de llegar a despertar a la madre.
Pueden provocar movimientos fetales los siguientes hechos:
- proyectar un haz de luz sobre el abdomen materno, a nivel donde por ecografía sabemos que se halla la cabeza fetal
- ruidos fuertes o agudos incomodan al bebé, y reacciona agitándose en el vientre materno
- las maniobras que el médico o la comadrona hacen para palpar el abdomen materno y conocer la posición del bebé suelen provocar el desplazamiento reflejo del bebé
- algunos medicamentos ( los betamiméticos ) administrados a la madre ante un cuadro de asma o para frenar las contracciones uterinas
El cansancio de la madre, la fiebre, la mala nutrición, algunos medicamentos ( los antiespasmódicos, los barbitúricos ): éstas son causas de disminución de los movimientos fetales.
También disminuyen los movimientos del bebé las situaciones en las que se puede producir un estrés o un sufrimiento fetal: disminución de la cantidad de líquido amniótico, envejecimiento de la placenta, circulares y nudos de cordón umbilical, etc.
Los tipos de movimientos fetales que podemos distinguir en la ecografía o percibir a través de las paredes del abdomen:
1.- Los movimientos de los párpados, que se separan alrededor de la semana 28. El desplazamiento de los globos oculares.
2.- Abrir y cerrar los labios de la boca, succionar el dedo pulgar, sacar la lengua, tragar líquido amniótico.
3.- Los movimientos respiratorios, durante los cuales vemos incluso cómo se desplazan las vísceras abdominales. El hipo fetal.
4.- Los movimientos de las extremidades. Flexión y extensión de todos los grupos musculares: dedos, manos, pies, brazos y piernas.
5.- Movimientos de la cabeza: rotación, flexión y extensión del cuello.
6.- Los movimientos del miocardio, en forma de latidos cardíacos. El abrir y cerrar de las válvulas cardíacas. El latido de los grandes vasos: aorta, vasos ilíacos, carótidas, vasos cerebrales.
7.- La contractura de la vejiga urinaria, que provoca las primeras micciones dentro del útero.
8.- Movimientos complejos de desplazamiento de todo el cuerpo del bebé, cambiando de posición dentro del claustro materno.
Motricidad y sensibilidad.
En la naturaleza humana se da un fenómeno curioso: el feto aparece cada vez más como un ser muy completo desde el punto de vista sensitivo y como un ser increíblemente inmaduro desde el punto de vista motor.
Ocurre lo contrario que con los bebés animales, capaces de levantarse y andar apenas nacen y de incorporarse al cabo de unas horas al rebaño.
Entre las cualidades del bebé humano recién nacido no destacan precisamente las motoras. Prácticamente lo único que sabe hacer es gritar. Sólo la percepción de sensaciones que ya conoce lo podrán calmar: la madre lo toca, lo acaricia, le habla, lo acerca a su cuerpo, lo pone al pecho. Estos hechos le dan seguridad, y se calla, al tiempo que inicia el aprendizaje de nuevas sensaciones: las del mundo que lo envuelve, y sobre todo las que provienen de su ser más próximo, su madre.
Estas experiencias son las que van estructurando las zonas cerebrales corticales vírgenes, asociando las áreas destinadas a la sensibilidad con las áreas programadas para la motricidad.
besitos.
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