Clinica urh garcía del real madrid
Hola a todas
Hace varios años que me sometí a un tratamiento por infertilidad en la clínica urh García del Real.
Mi historia es larga: tras pasar por varias clínicas de ginecología, llegué a URH G.del Real donde me atendió una de las doctoras, Sylvia Fernández Shaw, a la que nunca agradeceré lo suficiente su atención y profesionalidad. Tras dos inseminaciones pasé directamente a los in vitros. Fracasaron uno tras otro: yo tenía 38-39 años cuando inicié el tratamiento. El material de mi esposo era bueno, el mío no era malo, pero tenía su edad. Simplemente los embriones eran implantados con éxito pero no se quedaban. En paralelo (un error) estuvimos haciendo los trámites para una adopción internacional, pero yo consideraba que seguía habiendo alguna posibilidad de embarazarme. En el proceso, he de decir que la atención en el centro fue exquisita y muy profesional, tanto del personal médico como del resto de quienes atienden con la máxima delicadeza posible a mujeres que, como yo entonces, pasan por un extraño paréntesis vital, con toda la vida centrada en el que parece el único objetivo y la única vía de lograr la felicidad futura (otro error). Al llegar al sexto in vitro yo estaba destrozada psicológicamente y nuestra relación al borde del colapso. Lo sensato hubiera sido no haber seguido adelante tras el fracaso del sexto in vitro. De hecho fui al IVI y allí me dijeron que no tenía ninguna opción y que ellos me desaconsejaban seguir adelante. La doctora Fernández Shaw y yo sopesamos todas las alternativas: adopción de embrión (el futuro padre no quería), donación de óvulos o un séptimo in vitro. Yo opté por esta última, pero Silvia me dijo que primero necesitaba equilibrio emocional: me derivó a una psicóloga especializada y dos meses después estaba lista. En el séptimo in vitro me quedé embarazada: mis dos hijas nacieron ocho meses después, sanas y hermosas. Se llaman Lía (el nombre había sido elegido para la niña china) y Nora.
Estoy convencida de que fueron la profesionalidad y el trato personalizado, la experiencia y la intuición fruto de esa misma experiencia de quien me atendió los elementos decisivos para llegar a ser madre.
Siempre he recomendado a mis amigas y conocidas este centro y lo sigo haciendo. Allí vuelvo cada año para hacerme los reconocimientos ginecológicos y no tengo queja alguna de su funcionamiento, ni de sus instalaciones, al contrario, estoy tranquila porque sé que me trata un equipo muy preparado y que está a la última en los avances científicos y técnicos que se producen en este campo.
Animo a quien esté ahora decidiendo dónde hacerse un tratamiento de este tipo a que se acerque al centro, contacte con sus profesionales y afronte con realismo y con toda la energía positiva de que sea capaz un proceso que no siempre es fácil, pero que, acabe como acabe, te hace crecer como persona .
Rosa