Hola a todas, ¿cómo van las cosas?
Os quería comentar que he escrito a la revista ser padres y le he mandado una carta a Carlos González , ya sabeis que responde a temas de lactancia. Le he contado el caso de Lucía. Me estoy planteando relactarla.
Bueno, pues he pensado que como no sé si sólo contesta las cartas que publica la revista y sé que alguna de vosotras asistís a charlas con él en Barcelona, si le podríais pasar la carta. ¿Qué os parece?
Os copio aquí el correo, y si alguna me puede dar su opinión sobre el tema, encantada. Mi correo electrónico es madevicente@jazzfree.com.
Muchas gracias y besitos.
Magen.
Estimado Carlos Gonzalez:
Me dirijo a usted con la confianza que me merece después de haber leído uno
de sus libros. Me gustaría exponerle mi situación actual con mi hija de 10
semanas. Esta carta puede resultar un poco larga pero he intentado darle
todos los detalles para que pueda valorar mejor la situación.
Durante el embarazo leí mucho sobre lactancia materna. Mi madre era una de
esas madres que 'no tenían leche' y nos alimentó a mis hermanos y a mí con
lactancia artificial. Pero yo quería probar con el pecho a pesar del continuo
mensaje repetido de que me pasaría lo mismo. En mi caso además se juntaba
otro factor: pezones invertidos.
Cuando nació Lucía con un peso de 2725, la puse al pecho y con gran gusto vi
que mi nena se enganchaba muy bien. Estuvo durante una hora en el pecho.
Pasaron dos semanas y la nena me pedía pecho continuamente. Era muy cansado
pero sabía que ella necesita mamar cuando quisiera. Siempre quedaba dormida
después de mamar. Fuimos al pediatra en su primera visita y la niña pesaba
2580. Hacía 3 o 4 cacas diarias de un color muy oscuro. Me comentó que era
normal que los niños perdieran peso al principio, así que me animó a seguir
con la lactancia. Una semana después la niña no había aumentado nada, estaba
muy delgadita, tenía el culete (como me comentaron los médicos después) como
sacos de tabaco??, vamos, un pellejito. Nos envío directamente al Hospital
Clínico San Carlos de Madrid pensando que podía ser una infección de orina.
Allí la pesaron y en su báscula la cifra era aún menor: 2400 gramos.
Ingresó en cuidados medios durante 5 dias. Los primeros análisis de
sangre dieron 850 de transaminasas. Me hicieron darle el pecho, le hicieron
doble pesada, y parecía que la niña no ganaba más que 8 gramos después de
mamar durante 40 minutos. Ellos no se fiaban de la báscula, así que me
dijeron que le darían mi leche en biberón. Y comprobaron que no tenía más que
para la mitad de los biberones del día (dosis de 50 ml). El resto lactancia
artificial. Después de cinco dias la niña engordó 300 gramos. Le
diagnosticaron hipotonía muscular, mala técnica alimentaria (a pesar de que
comentaron que mamaba muy bien) e hiperelasticidad de la piel (que luego se
comprobó que en realidad estaba muy delgadita y por eso parecía que le
sobraba piel por todas partes). Se descartó cualquier otra enfermedad. Las
transas habían bajado a 160.
Las enfermeras me aconsejaron darle primero el pecho y extraerme el resto de
la leche con un sacaleches. Después completar con biberón. Pero en casa fue
un poco duro. Me extraía 7 veces al día coincidiendo con sus tomas, mientras
mi marido le daba el biberón. Ella no tenía mucho interés por mi pecho, así
que finalmente le dimos sólo biberón. Y yo me dí cuenta de que no disfrutaba
nada de mi hija, no le daba ningún biberón, y siempre estaba sacándome leche.
Así que lo reduje a 3 extracciones.
Ahora tiene 10 semanas y la producción ha aumentado mucho de manera que me
extraigo unos 750 ml al día. Sus biberones son de 110 ml, y come 7 veces al
día (cuando ella pide, cada 3 horas aproximadamente, a veces más a veces
menos). Hace unos dias mientras tenía a la niña abrazada, se me ocurrió darle
de mamar en esa toma y comenzó a mamar. Para mi fue un gusto a pesar del
dolor puesto que su forma de mamar no es la misma que antes, ahora no abre
mucho la boca. Y empecé a pensar que quizás pudiese empezar de nuevo a darle
el pecho.
Esta noche ha mamado durante 1 hora y pico (bueno, eso creo porque después de
ese tiempo me he quedado dormida) Y no ha despertado hasta 5 horas y media
después de comenzar. Al extraerme la leche por la mañana he sacado como 130 o
140 ml menos que el día anterior. Por lo que imagino que eso será
aproximadamente lo que ha comido, aunque sé que esto no es muy exacto.
El peso de Lucía es de 4250, ahora. Y el caso es que me da un poco de miedo
relactarla porque no me gustaría repetir la experiencia y que ella sufriese
otro aumento de las transaminasas.
Después de toda esta larga explicación me gustaría que me dijese si cree que
puede existir algún problema por relactarla, y cual sería la mejor manera de
hacerlo. He pensado darle el pecho cuando tenga más leche, justo antes de la
extracción.
Disculpe por esta carta tan larga, no quería que se me olvidase ningún
detalle. Estaría muy agradecida si me pudiese dar su opinión sobre este tema.
Quedamos muy agradecidos Lucía, mi pareja y yo no sólo por su tiempo, también
por su libro Bésame mucho que nos ha reafirmado en el placer de ser padres.
