Mi experiencia
es que me vino genial nada más salir del hospital, porque andaba encorbada, tenía toda la tripilla floja y la necesitaba para sentirme más sujeta y por los riñones, pero me la fuí quitando poquito a poco porque prefería que mis abdominales fueran trabajando por sí solas y ahora, siete meses más tarde tengo la tripilla muy bien, algo más abultadita que antes, pero bastante fuerte. En cuanto me apunte al gim espero quedarme como si fuera soltera y entera jajaja...
En fin, creo que lo mejor es que pruebes y si te sientes bien con ella, pues póntela, cuando veas que puedes prescindir, te la quitas. Mira sobre todo tu comodidad.
El ejercicio, a mí me dijo la gine un mes más tarde que, encontrándome bien podía empezar cuando quisiera, sin grandes palizas, claro.