Jajajaja
No veas como me he reído con todas vuestras historias, chicas, que bueno. La de la palmera de chocolate y la del huevo frito estampado en el techo son hilarantes, en serio!! jaja
Bueno, yo no he tenido anécdotas tan super graciosas, pero claro, seguro que si me vieran por una cámara tipo gran hermano, causaría carcajadas con mis momentos estelares...
Resulta que aún no lo he dicho en el trabajo, quiero esperar a estar de un poquito más para dar el sorpresón (que más de uno/a va a temblar al escuchar la noticia, pero bueno, ¡que se aguanten!)
En fin, que como no he dicho nada y me he vuelto lady meoncilla, vamos, que tengo que ir al servicio cada dos por tres, pues ando por mi currele como una agente de incógnito, saliendo de miradas indiscretas que pudieran interrogarme acerca de mis extrañas y nueva costumbres de micción, jojojo. Total, que para colmo ando con gases todo el rato y, como me pille al lado de alguien la explosiva sesión de flatulencias (menos mal que son calladitos...) invento excusas raras para quitarme de en medio porque si no, soy capaz de empestar el edificio... Y mis excusas, lo siento en el alma, pero son lamentables... porque encima me pongo roja pasión en la cara y se me ve el plumero.
Lo otro es que la semana pasada estaba con una flojera que no era normal y en donde trabajo tengo que subir escaleras todo el rato y bajarlas. Pues no veas... coincidí con una compi que iba bajando y me dijo: venga sube. Yo la miré con cara de perrito desvalido y, viendo que subía a velocidad de un peldaño por minuto (bueno, no tanto, pero casi), le dije: "baja, baja" Y ella: "Nooo, subeee" Otro peldaño y yo de nuevo: "Baja tu primero" Y ella más amable que la leche: "Noo mujer, subeee" Así que ya crispada le dije: "Baja que me duele la pierna" Y me echó una mirada más rarita, pero bajó, y yo proseguí con la senda del caracol, lenta, pero segura, jajajaja.
Bueno, si me pasa alguna anécdota más os la cuento, este espacio me encanta!