Vaya alubión de respuestas, sois todas maravillosas, me habéis hecho sentir muy bien con vuestros mensajes.
Casi todas coincidís en decirme que soy muy valiente al ir a por el 2º tan rápido. La verdad es que sí; para nada fue un fallo, llevábamos ya 4 meses intentándolo y al final en abril... !!diana!!. Mi primer hijo se llama Carlos y es un solete, de momento ni una mala noche, come muy bien, vamos que si no cambia un tesoro y esto precisamente ayuda mucho a que te decidas a ir a por el 2º, y también que queríamos que se llevaran poquito (yo con mi hermana me llevo 8 años y siempre se lo reproché a mi madre, apenas compartimos nada). Y el nombre de este segundo, pues hemos tenido muchas dudas, de hecho a veces aún le damos vueltas, pero creo que finalmente se va a llamar Mario. Cuando estaba embarazada de Carlos, me encantaba oir historias de partos, sobretodo al final, a todo el mundo le preguntaba cómo les había ido, así que para quien pueda intersarle os explico el mío:
Cumplía un 23 de junio, días antes mi gine me decía lo típico "...estás verde como una manzana, y además tienes al niño muy alto...". En la semana 39 y 40 me hizo tactos y correas. Los tactos son un poco molestos; yo personalmente les tenía terror porque a una compañera mía le hizo ver las estrellas, y sé de buena tinta que es una chica bastante sufrida para todo, pero le tocó un bestia de médico que lo que hizo fue provocarle el parto. El médico introduce dos dedos para ver la dilatación y de alguna manera ayuda a que el cuello del útero se vaya abriendo. Sientes como una especia de fuerte presión ahí dentro. Si intentas ir relajada, creo que no te hacen tanto daño, pero yo iba super tensa esperándome lo peor (acordándome de mi compañera) y realmente no es tanto. Luego en casa tienes ligeras molestias, hasta te avisan de que puedes manchar un poquito con sangre, que de hecho a mi me pasó. Llegó el día 28 de junio por la noche, es decir 41 semanas, y hacía un calor espantoso, decido darme una ducha y... !sorpresa! o me estaba haciendo pis sin enterarme o aquello eran las aguas, pero era en forma de goteo, intermitentemente, no era el !!choff!! de aguas rotas que yo me esperaba. Y ahora qué hago? Llamo a la clínica para hablar con la comadrona y me dice: estén en alerta porque en cuestión de horas se desencadenará el parto, empezarán las contracciones. Pero pasó la noche, y yo fresca como una rosa, y el goteo seguía pero poco a poco. A la mañana siguiente nos fuimos a la clínica, me miraron y me dijeron venga a ingresarte y a provocar. Tenía 2 cm de dilatación, me hicieron un tacto y el niño seguía bastante alto, con lo cual ya me avisaron de que si no bajaba a tiempo, harían cesárea. Me pusieron un edema y la oxitocina y a la 1/2 hora empezaron las contracciones, bastante soportables, hasta que a la hora ya eran muy seguiditas y un poco durillas de aguantar, enseguida me pusieron la epidural, que te quedas en la gloria, incluso me dormí de la relajación tan grande que te entra. Habían transcurrido ya 6 horas desde el ingreso en la clínica y Carlos seguía sin bajar, así que decidieron bajarme a quirófano para hacer cesárea; más dosis de epidural y coser y cantar: 1/2 horita entre preparativos, abrir y cerrar. Tuve una pequeña complicación: durante mi proceso de dilatación tuve fiebre, automáticamente al nacer el niño le hicieron un análisis para descartar que le hubiera pasado alguna posible infección que yo tuviese. Y efectivamente así ocurrió, al día siguiente de nacer el niño, me viene el pediatra a la habitación y me explica que se lo tienen que llevar al nido y tiene que estar aislado durante días debido a alguna infección que cogió. A esto se le llama en los recién nacidos: sepsis neonatal. Realmente no es una cosa grave, pero sí un coñazo porque hay que darles antibiótico cada 8 horas y claro cómo se le da el atibiótico a un recién nacido? pues por vena y claro ver a tu pequeñín con un catéter puesto en su diminuta vena pues se me cayó el alma al suelo y luego la incomodidad de que no te lo dejan tener contigo sino que tiene que estar aislado, con los demás niños prematuros. 10 días lo tuvieron y fueron los peores de mi vida, quería tenerlo conmigo. Yo estuve 7 días ingresada, la verdad es que mi gine se portó como un sol conmigo y me alargó el tema para que no me dieran el alta al 5º día, así podía estar cerquita de mi bebe, y cuando me tuve que ir a casa y dejar a Carlos en la clínica 3 días más, creí morirme; la verdad que durante esos días no recuerdo haber llorado nunca tanto. Pero todo acabó en felicidad absoluta, el día que fuimos a recogerlo (11 de julio) fue el más maravilloso de todos.
Vaya rollazo os acabo de meter... lo siento estoy parlanchina hoy y tenía ganas de hablar con alguien.
Besos a todas.