Gracias viajero por concentrarte en tu lectura o en el paisaje de la ventana para no cederme tu asiento en el tren, el metro y el autobús cuando estaba embarazada;
gracias empresario por habilitar zona de no fumadores en tu restaurante, dos mesas en un rincón donde llega igualmente el humo del tabaco;
gracias a los conductores por aparcar en los pasos de cebra impidiendo así que pueda cruzar la calle con el carrito del niño, mejor todavía cuando aparcas invadiendo la acera y tengo que salir a la carretera para poder pasar;
gracias, en especial, a mi vecino de arriba por poner el DVD a toda castaña, a mi bebé le encantan las bandas sonoras de las películas a la una de la madrugada;
gracias a los dueños de distintos establecimientos por adecuar lugares indecentes para cambiar al bebé, y sobre todo, por obviar la instalación de salas para lactancia;
gracias a la comunidad de propietarios de mi edificio por no dudar en desaprobar la instalación de una rampa para salvar los diez escalones que hay en el portal;
gracias a la EMT por no dejarme entrar en el autobús con el carrito del niño, aunque no sea hora punta y el autobús vaya vacío;
… definitivamente hoy no tengo un buen día.