Para mar, el cuento de la mosca jacinta
La mosca Jacinta
Erase una vez una mosca pequeñita que se llamaba Jacinta.
Jacinta al igual que todas las moscas era juguetona y negra.
Cuando empezaba a hacer mal tiempo, Jacinta sabía que tenía los días contados y se ponía muy pesadita la pobre.
Se acercaba a los niños para jugar con ellos, el juego se llamaba quien pilla a la mosca Jacinta, jajajajaj, como se reía Jacinta cuando se ponía cerca de la oreja de los niños y estos levantaban los brazos, jajajaj, que juego mas chulo, pensaba Jacinta.
Pero había un niño que se llamaba edu que no quería jugar con la mosca, este niño en vez de levantar los brazos salía corriendo, y la Jacinta pensaba,
Uyssss porque no querrá edu jugar conmigo, todos los niños lo hacen.
La mosca lo intentaba una y otra vez, pero Edu siempre terminaba corriendo.
Jacinta venida a menos y casi sumida en una gran depresión, se fue a la tienda de chuches para darse un gran atracón y así acabar con sus penas, de todos es conocido que el azúcar es un gran antidepresivo.
Jacinta se compro chuches de todos los colores, las que mas le gustaban eran las que llevan azúcar por encima, regalices, peces, chupetes, fresas, dentaduras, nubes, de todo de todo.
Salio de la tienda con una bolsa enorme que llevaba en las patitas y que la dificultaba elevar el vuelo.
Cansada de llevar la bolsa se sentó en un banco para disfrutar del festín.
En ese momento pasaba por allí Edu, que al ver a la mosca Jacinta comiendo chuches y de sus preferidas, le pregunto, puedo sentarme?????
La mosca toda contenta le hizo un sitio en el banco y compartió con edu su tesoro de chuches.
Jajajajajaja que contenta estaba Jacinta que contenta, jajajjajja, edu y ella se habían hecho grandes amigos, hablaron de volar, hablaron del parque, hablaron de sus padres.
Y de repente Jacinta le dijo a edu, ahora, voy a comerme el postre, y Jacinta se fue veloz a posarse en una gran mierda que había al lado del banco.
Edu abrió mucho los ojos, y le dijo Jacinta nunca me invites a comer postre.
Moraleja, las cacas de los perros hay que recogerlas del suelo, y por muy diferentes que parezcamos siempre hay algo que nos une.