Se sabe que el 20% de la población, entre los 17 y los 35 años de edad, tiene problemas para tener hijos. No obstante, la infertilidad ha dejado de ser un estigma para muchas parejas que se valen de nuevos tratamientos médicos para superar los obstáculos que impiden salir en estado
Los tratamientos de fertilidad surgen en la escena médica para ayudar a todas las parejas que desean tener hijos y que -pese a haberlo intentado infructuosamente durante un año- no pueden lograr su objetivo. La infertilidad es un problema extendido, ya que afecta a 20% de la población en edad reproductora, esto quiere decir que 20 de cada 100 personas, con edades comprendidas entre los 17 y los 35 años, presentan irregularidades en su capacidad normal para tener hijos.
"Esa tasa de fertilidad tan baja en el ser humano, en comparación con otras especies, disminuye con el paso de los años. A medida que el tiempo pasa, la gente es menos fértil; por eso, ante algún problema de este tipo hay que actuar rápido", explica Alejandro Kovacs, ginecólogo especialista de la Clínica de Fertilidad del Centro Médico Docente La Trinidad. "Si carecemos de un diagnóstico claro sobre cuáles son las causas, la posibilidad de poder ayudar a una pareja es mínima. La mujer sólo tiene 12 posibilidades al año de buscar bebés y, si no hay precisión en el análisis, las opciones de éxito son pocas, los gastos monetarios aumentan al igual que los psicológicos y el tiempo perdido apremia cuando se acerca la llegada de los 35 años", aclara Kovacs.
El hecho de que en la sociedad moderna la mujer, por cumplir diferentes obligaciones, posponga conscientemente el quedar embarazada hasta pasados los 35 años, cuando ya la calidad de sus óvulos disminuye, es una de las causas de la infertilidad. Es allí cuando las técnicas de reproducción asistida entran en acción, y en la mayoría de los casos son tratables.
CAUSAS Y AZARES. En una mujer, las causas de infertilidad pueden deberse a problemas con el moco cervical, anomalías hormonales u orgánicas y abuso de anticonceptivos. En el hombre, por lo general, los conflictos vienen dados por baja cantidad o inexistencia de espermatozoides.
Los problemas femeninos son tratados por un ginecólogo y los masculinos por un urólogo; ambos aportan el diagnóstico y la solución más adecuada -ya sea natural o artificial- del problema. "30% de los casos responsabiliza a ambos sexos de la imposibilidad de procrear. No se trata de un problema del hombre o de la mujer, es un problema de la pareja".
Bien sabido es que para que la mujer quede embarazada necesita que, durante la relación sexual, los espermatozoides sean liberados en la zona más profunda de la vagina; una vez allí estos deben penetrar el útero, pasar por el moco cervical y subir hasta las trompas de Falopio donde se logra la fecundación y posterior implantación del óvulo. Por lo tanto, cualquier obstáculo que no permita este proceso de forma fluida y natural, es sinónimo de infertilidad en la pareja.
EL ESTRES AFECTA. El costo emocional de someterse a una intervención de fertilidad es casi igual al costo monetario derivado de la aplicación biológica de estas tecnologías. La tarea de los psiquiatras implicados en estos procesos es la de ayudar a reducir el estrés que acompaña los sentimientos de fracaso y tristeza que se producen al no obtener los resultados deseados.
Las estadísticas confirman que las tasas de embarazo de las pacientes que se someten a tratamientos de fertilidad asistida, con ayuda psicológica, son mayores de las que sólo se limitan al tratamiento del problema biológico. La impotencia que se genera en las parejas al no poder tener bebés genera un efecto negativo sobre el hombre y la mujer. "Y aunque el estrés por sí solo no causa infertilidad, el cuerpo produce enzimas que, en momentos de ansiedad, pueden de alguna manera inhibir la ovulación normal de la mujer", aclara Alejandro Kovacs.
la comunicación entre el hombre y la mujer es necesaria para poder pisar firme en este tipo de situaciones. Todo el apoyo que se puedan dar mutuamente es una excelente terapia que fortalece la relación. . En muchos casos, la familia y los amigos ejercen presión sobre la pareja con insinuaciones y preguntas que profundizan el problema.
Si la vida de pareja está centrada en el hecho de tener hijos es muy probable que alguna barrera en ese proceso dificulte las relaciones personales y hasta provoque su ruptura. Un desenlace tan extremo puede evitarse cuando el matrimonio aplique técnicas de meditación y relajación para enfrentar el estrés, la soledad y la culpa que los invade.
Seguir las indicaciones correctas, en el ámbito biológico y psicológico, es lo único que se necesita para salir adelante. Son muchas las parejas que se han visto involucradas en esta situación, y muchos los niños beneficiados por el avance de las tecnologías y el adiestramiento del personal médico. "Pero lo más importante es tener una pareja que esté a tu lado en todo momento, así como tener fe ciega en el cuerpo de médicos que te atiende.
Consejos masculinos
o El excesivo consumo de bebidas alcohólicas afecta la producción de espermatozoides, por lo que éstos terminan siendo escasos para la fecundación.
o El tabaquismo contribuye a la disminución de la densidad y el volumen seminal.
o La obesidad y la delgadez extrema provocan trastornos hormonales y deterioran los espermatozoides.
o La práctica exagerada de ejercicios produce una reducción de los gametos que intervienen en la eyaculación. Los esteroides contraen los testículos y causan infertilidad .
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