Puedo opinar acerca de las dos situaciones
y con idéntico criterio:
He sido madre a los 18 y a los 19, pero tambien a los 39 y a los 42.
Y puedo deciros que en los cuatro casos ha sido diferente.
Con las mayores, los dos estudiábamos, primero, en la Universidad, y luego, sendas oposiciones. Las pasamos "canutas", pero tambien muy divertidas. Por supuesto, las niñas siempre fueron lo primero, y si de algo carecieron fue de ciertos caprichos para los que se necesita dinero, que en aquel momento era muy escaso, pero en cuanto a alimentación, vestido, salud y educación, han tenido todo lo que les ha hecho falta; en cuanto a ocio, hay muchas formas de divertirse sin dilapidar: las actividades del ayuntamiento, la playa, un día en el campo...
Las peques, llegaron en época de vacas gordas, la economía no va tan apretada, y hasta podemos permitirnos algún capricho.
Lo que sí noto es que lo que antes hacíamos de forma natural: saltar, botar, arrastrarnos en el campo, ahora lo hacen sus hermanas mayores, y nosotros tendemos más a la lectura, la música, las actividades plásticas...
En resumen, les dedicamos el tiempo de otra forma. La vitalidad que derrochamos con las primeras, se salda ahora con agujetas, pero la experiencia es un grado, y ahora se ven las cosas con una tranquilidad que no teníamos antes
Es decir: el momento de tener hijos no lo da la edad biológica, sino el momento vital de cada persona
un beso