Hola a todas.
He estado sin entrar en el foro un tiempo. No sé si alguna se acordará, pero estaba pendiente de que me dieran una casa que tenía un montón de problemas, y finalmente me la entregaron a finales de agosto, con 8 meses de embarazo.
Tuve mudanza, un calor horroroso (vivo en Sevilla) y embarazo muy avanzado, además de un hijo de dos años, todo al mismo tiempo. No os recomiendo la experiencia, la verdad.
Finalmente......
Mi primer parto fue por cesárea urgente, tras intentar provocar el parto en la semana 42+. Yo estaba convencida de que no me iba a poner de parto tampoco esta vez.
Antes que nada, tengo que decir que ya estoy pensando en un tercer hijo, así que, como vereis, los ratitos regulares se olvidan pronto (en cuanto lo tienes en tus brazos, en el mismo paritorio).
Por eso, cuando la madrugada del jueves 28 de septiembre empecé con dolorcillos al rato de acostarme (había estado cenando un riquísimo quiche de puerros después de hablar con unas amigas y comentar que no tenía absolutamente ningún signo de parto), al principio pensé que era autosugestión.
Empecé a las 12,30 h de la madrugada. Me cambiaba de postura para ver si efectivamente la cosa seguía, o era otro dolorcillo como los que había tenido otras veces. Y seguían.
A las 2,30 h, por fin, le susurré a mi marido (que dormía como un bendito, sin darse cuenta de mis giros en la cama) que me iba a duchar, porque tenía contracciones, a ver si se pasaban, y que si no nos marchábamos al hospital.
Me dijo "sí, vale, vale"....¡y se durmió de nuevo! pero luego, poco a poco, se fue despertando, y cuando salí de la ducha tenía preparada una bolsa con una muda y un cepillo de dientes.
Salimos para el hospital, y dejamos a mi hijo en casa de mi prima (eran ya las 3,30 h, y las contracciones empezaban a ser bastante dolorosas). El pobre, que tiene dos añitos, iba en pijama, y desde su sillita, completamente desconcertado con la situación, no hacía más que decir "no pasa nada, no pasa nada".
Cuando lo dejamos con mi prima, lo primero que le dijo fue, con su lengua de trapo, "¿qué pasa?, ¿qué pasa?".Mi niño lindo.
Al llegar me exploraron. No tuve suerte, y me tocó el matrón de urgencias borde. Tras la exploración, rompí aguas (no de golpe, sino poco a poco, No fue nada espectacular), y ya me monitorizaron. A partir de ese momento, ya no me podía mover, y fue cuando la cosa empezó a doler de verdad, pero entonces me dijeron que me ponían la epidural, y vi el cielo abierto, hasta que el niño empezó a hacer cosas raras, y entonces me dijeron que tenía que esperar hasta que estabilizara, porque para ponerte la epidural te tienen que quitar la monitorización, y el níño tenía que estar muy controlado, por lo que eso n era posible.
Eso fue a las 5,00. Durante un rato tengo que confesar que vi las estrellas. Creo que llegué incluso a intentar sobornar al borde del matrón para que me pusiera algo. Pero a las 5,30 h llegó una matrona mucho más agradable, que me consoló, me dijo que me comprendía (es una chorrada, pero me sentí muy apoyada, y me ayudó mucho a llevar el tema). A eso de las 6,15 h, la cosa estaba estabilizada, y me pusieron la ¡¡¡¡bendita epidural!!!!!
Desde entonces, todo fue perfecto: estuve con mi marido, hablando e imaginando como sería nuestro hijo, esperando el momento de verle, completamente emocionados.
A las 8,00 llegó una comadrona llamada Sara, que es un encanto, un auténtico dulce, que se encargó de hacerme disfrutar hasta el último segundo de la dilatación, y luego del periodo expulsivo, explicándomelo todo.
Yo dilaté muy rápido, sin necesidad de que me pusieran oxitocina, yo solita, y a las 9.00 h llamaron al ginecólogo.
Sara seguía dándome ánimos.
Cuando llegó el expulsivo, mi ginecólogo estuvo allí. Fue muy atento, y muy correcto, como siempre. la nota cariñosa la aportaba la comadrona Sara, y las dos chicas de apoyo que estaban en el paritorio, cuyos nombres, por desgracia, no recuerdo.
Mi marido estaba emocionado, y al final incluso me gritó eso que siempre se ve en las películas de: "¡¡un poco más, que ya está aquí!!".
Salió como una anguila, y me lo pusieron encima rápidamente. Yo me emocioné muchísimo, porque en mi parto anterior no tuve esta experiencia. Lo tenía allí, con su cordón todavía palpitante, yan pequeño, tan indefenso....mi bebé....
Rápidamente lo cogió la pediatra, y tras las pruebas, mientras el médico me cosia, me lo dejaron otro ratito.
Luego, me llevaron a la sala del despertar, y al bebé al nido durante un par de horas.
Esta vez no hubo familia presente. Supongo que mi marido se pudo sentir algo solo en algún momento, pero fue perfecto estar los tres solos, juntos, hasta que empezó a llegar la gente. Tuvimos un ratito para nosotros, y fue marevilloso, porque la vez anterior había.....¡¡¡¡17 personas!!!!!!esperándonos, y queriendo entrar en la habitación, y todo el mundo intentó coger al bebé antes que yo, pero esta vez no.
Por la tarde vino mi hijo mayor, que se quedó ( y sigue ) embobado con su hermano.
La recuperación no ha sido mala. Un poco incómoda, pero no mala.
Tengo que decir que mi suegra se plantó en casa al día siguiente de que me dieran el alta, y tengo que recriminarle que, en vez de salir a comer fuera o pedir comida hecha, se empeñase en preparar una comida completa para todos, con entremeses incluidos, café y copa, que me dejaron la cocina y la casa hecha una un desastre. Eso sí, mucho "perdona, hija, yo sé que ahora mismo no estás para estas cosas".
En fin.
Aprovecho para daros a todas las gracias por vuestro apoyo y vuestros consejos, porque a partir de ahora entrerá en el foro de bebés. No tengo mucho tiempo. No duermo demasiado.
No obstante, de vez en cuando entraré, aunque sólo sea para leer....
Gracias a todas, y, sobre todo a las mamás de octubre....¡mucha suerte!
Isabel+Gonzalo (2años)+ Adrian (27 días).