Soy valenciana, y a pesar de que hace un día estupendo, llevo ya varias noches sin dormir, y como podeis comprobar, porque estoy conectada al foro, ya no estoy en el trabajo.
Desde que me quedé embarazada, porque literalmente fue así, he vivido una verdadera pesadilla en mi trabajo. No puedo entender de ninguna de las maneras cómo la gente puede ser tan dura de corazón.
Os cuento:
Trabajo en un colectivo de personas con las que, si hay buen ambiente, y pasas años en el mismo sitio, sueles hacer amistad. Así me ha ocurrido con una compañera durante varios años, y encargada de personal, pero en ningún caso mi jefa porque yo dependo de una Consejería, que es la que me paga.
Fue comentarle que estaba embarazada y empezar la locura... todo lo que he hecho, tanto en mi trabajo, como mis caras, mis gestos, mis actitudes, han sido fiscalizadas. Me ha ido poniendo impedimentos uno detrás del otro desde hace seis meses... con la consecuencia de que la mitad de los días he llegado a casa llorando. He tenido que ir a urgencias por la tarde por nervios, y hasta estoy tomando pastillas, aunque naturales para calmar la ansiedad y poder dormir algo.
Me acusó de haberme ido un día al médico, con justificante, y porque me dieron la cita en horas de trabajo, sabiendo que "había muchas cosas que hacer ese día" (como si yo hubiera elegido la cita, me tengo que atener a la que me ginecólogo me dé).
Me ha dejado de hablar por ese motivo!!! y el trato ha sido horroroso, aunque tengo el pequeño consuelo de que le han pasado cosas con mucha gente, y que todo el mundo ha sufrido su trato. De repente ha pretendido que me quedara sin derechos y tan solo con obligaciones, y eso ella no puede hacerlo.
El caso es que la semana pasada me empecé a sentir fatal, fue espantoso y mi ginecólogo creyó conveniente que no fuera a trabajar más en lo que me queda de embarazo (estoy de 25 semanas).
Hablé con ella antes de marcharme tratando de que las cosas (para colmo porque soy tonta) quedaran por las buenas y que tampoco se sintiera culpable (aunque lo ha sido) de mi marcha, porque además para después de dar a luz y cuando se me acabe el permiso de maternidad, ya no estaremos en el mismo sitio, voy a ejercer las mismas funciones pero en otro edificio, porque continuar allí sería una locura, con lo que pedí que me trasladaran de edificio, así que no nos veremos más.
El caso es que después de una larga conversación, en la que no fue capaz de negar nada de lo que había sucedido, pero que tampoco dio una explicación para todo ello, creí que el asunto estaba zanjado. Y le expliqué de buena manera, por qué no iba a trabajar más, que me encontraba muy mal y que mi médico me había dado la baja por nervios y estrés y porque es muy duro continuar así, claro está.
Cuando terminó la jonada laboral me quise despedir, pero ya se había marchado, y me dijeron que iba bastante mal.
Y aquí estoy, en casa, ya sin trabajo y sin estrés, porque mi pobre pequeña es la que peor parte ha llevado en todo esto (una criaturita que está creciendo y que necesita tranquilidad), y no puedo lograr sentirme bien. Me siento fatal, y no puedo dejar de llorar. Por qué? por la situación, porque no es agradable todo lo que he vivido, porque además sé que no es mala persona, porque hace años que la conozco y estoy asombrada de lo que ha sucedido.
Me siento muy mal y ahora siento que no voy a poder disfrutar de lo que me queda de embarazo como me hubiera gustado. No puedo evitar llorar a cada momento, y encima marcharme así, como si hubiera sido por la puerta pequeña, después de tantos años en ese departamento. Y tenía motivos para querer continuar ahí, pero he tenido que elegir. Mi niña es lo más importante, y si le pasara algo por mis nervios, no me lo perdonaría jamás en la vida.
Uffff, perdonadme chicas, necesitaba un desahogo. Y para colmo no tengo a mi familia cerca. Gracias por leerme.