Depresion
La depresión mayor puede reaparecer durante el embarazo
En contra de la idea, bastante extendida, de que los cambios hormonales del embarazo tienen un efecto protector frente a la depresión, las mujeres con esta dolencia que interrumpen el tratamiento farmacológico durante el embarazo tienen riesgo de recaida. Es la conclusión de un trabajo realizado conjuntamente por investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Para establecer el riesgo de recidiva en estas circunstancias, el director del equipo de investigación, Lee S. Cohen, llevó a cabo un estudio en mujeres embarazadas a las que se había diagnosticado depresión mayor. Las pacientes abandonaron durante la gestación la terapia farmacológica (o bien lo intentaron) con antidepresivos y su evolución se comparó con la de un grupo de similares características que mantuvo el tratamiento durante el embarazo. En total, se trataba de 201 gestantes, reclutadas entre marzo de 1999 y abril de 2003 en centros con experiencia en el manejo de las enfermedades psiquiátricas durante el embarazo.
Las participantes tenían en común historias clínicas de depresión mayor previas al embarazo, estaban en el primer trimestre del embarazo y recibían antidepresivos en el momento de reclutarlas o bien inmediatamente antes (menos de 12 semanas antes de la fecha de la última menstruación). A partir de sus datos, los investigadores vieron que el 43 por ciento de las mujeres incluidas en la muestra experimentaba una recaida de la depresión a lo largo del embarazo, y que la mitad de esas recaídas se producía en el primer trimestre. Entre las enfermas que mantuvieron su régimen medicamentoso, la tasa de reaparición de la enfermedad fue del 26 por ciento, mientras que en el grupo que dejó la terapia, el índice alcanzó el 68 por ciento.
Los autores consideran que "dada la prevalencia de la depresión entre las mujeres en edad reproductiva, el consumo de antidepresivos en este segmento de población y la frecuencia de embarazos no deseados, la habilidad para informar a las pacientes sobre el riesgo de una recaída depresiva, ya se mantenga o abandone el tratamiento, es una intervención clínica con implicaciones significativas". Esta apreciación acompaña a los datos que han divulgado en la última edición de The Journal of the American Medical Association (JAMA. 2006;295:499-507).
A su modo de ver, dado el mejor conocimiento y el creciente tratamiento de la depresión en la comunidad, un número de mujeres cada vez mayor se encuentra ante la posibilidad de tener que adoptar una decisión clínica sobre el uso de antidepresivos en el embarazo. "Pasar por este proceso puede ser más fácil si se delimita con precisión el riesgo relativo de la exposición prenatal a la medicación, por una parte, y si por otra, se evalúa el riesgo de recaída de la patología psiquiátrica", escriben.
Cuantificar estos riesgos supone para los facultativos la oportunidad de adoptar decisiones terapéuticas mediante la colaboración, de forma coherente con las necesidades y deseos de sus pacientes. Esta información puede contribuir, además, a perfeccionar las recomendaciones terapéuticas para mujeres con una historia de depresión cuando se planteen tener descendencia o para las que experimentan trastornos del estado de ánimo durante el embarazo