Esta mañana, como tantas otras últimamente, se ha despertado mi príncipe, lo he sacado de su cuna muy contento, pero cuando lo llevo para vestirlo empieza la odisea....Se resiste, llora, patalea(nunca le gustó, pero cada vez monta más número).Cuando ya está medio arreglado, sigue el berrinche porque intento ponerle la pinza de su chupeta. Si lo tomo llora. si lo dejo en el suelo peor....
Ahora toca desayuno. Bueno pues, empezamos de nuevo al intentar ponerle su babero(como siempre hemos hecho), no consigo ponérselo porque se lo quita a puro grito.(todo esto mientras llora, se resiste.)
Como puedo lo pongo en la trona y al sacar los yogures se enfada de nuevo porque se lo acerco.ME espero un poco, le acerco la cuchara con yogurt y grita: NOOOOOOOO.Así que como la rabieta alcanza su punto álgido, le digo muy seria que no lo voy a atender mientras esté llorando y gritando y lo bajo de la trona y me voy de la cocina. El me sigue por toda la casa llorando y gritando intentando que le preste atención, que lo tome. Pero yo lo ignoro y tras un buen rato, agarrado a mi pierna deja de llorar y es entonces cuando lo cojo, lo beso y lo mimo diciéndole que sólo lo atiendo si no llora y grita.
Me lo llevo a la cocina, el no se despega de mi cuello aún con suspiros después del gran berrinche.
LE doy el desayuno sentado encima de mi en la mesa de la cocina.(mientras ve los dibujos de la tele).
Cuando terminamos, nuevo enfado por ponerle la chaqueta para salir a la calle(lloros, gritos).
Cuando he cerrado la puerta de la casa he suspirado aliviada(no lo he llevado hoy yo a la guarde). Por fín una mañana tranquila! ya que ha estado dos días sin ir al cole porque está malito, y no os quiero contar cómo han sido.
Siempre ha sido un niño muy nervioso, impaciente, intranquilo. Así que un día entero con él en casa es una locura, casi una odisea.
Hasta ahora lo íbamos llevando como podíamos.Su actitud con la comida(Que ya conté en otro post hace un par de semanas aquí), sigue siendo la misma. Y como dije ya no me preocupa que coma poco(eso lo entiendo), pero su rechazo a probar cosas nuevas, a rechazar alimentos que antes comía y ponerse hecho un loco si intento ofrecerle algo que no es de su preferencia; todo eso es lo que sigue igual...no avanzamos nada, creo que vamos a peor. le da asco mancharse las manos con la comida y no le llama la atención nada de lo que nosotros comemos ni nada de lo que se le ofrece. Sólo las pocas cosas que le gustan es lo que pide, lo que quiere comer.Con todo esto, seguimos intentando tener paciencia, no enfadarnos y ponerle sus comidas variadas, pero es inevitable que siempre tome algo de lo que le gusta (porque sino no comería nada).
Con respecto al tema de las rabietas y del alto nivel de exigencia de mi hijo, he de decir que estoy saturada. No puedo más. Estoy triste y me siento muy impotente.Siento que lo estoy haciendo mal, y que la situación nos desborda. Mi marido está igual que yo, pero él pasa menos tiempo en casa.
Hace un rato, contándoselo a una amiga me ha dado por llorar y no podía parar.
Esta tarde lo ha recogido mi suegra de la guarde y vendrá un poco más tarde, y mi sentimiento es de alivio. Sí. si....es triste pero así es.
Por supuesto que todo esto, no se lo he contado a nadie, me da vergüenza. Pero necesito compartirlo con vosotras que sois madres también y alomejor alguna ha pasado por algo parecido...
Sé que son etapas que ha que pasar, que siempre no va a ser todo igual, pero ahora no puedo más que sentirme mal y sin saber qué hacer.
No pretendo encontrar una fórmula mágica a mis problemas sólo como he dicho, un poco de consuelo.
Un abrazo fuerte a todas y gracias por leerme.