El sábado llego de la boda a la 1 de la madrugada (me lo pasé pipa, bailé hasta reventar y me reí de lo lindo) y no hay nadie en casa. No tengo llaves, llamo a mi marido y aparece a los 10 minutos con mi hija en pijama, en tenis y eléctrica perdida Estaba tan rebotada que intenté no dicutir en mi estado... pero entonces mi marido se puso tontorrón y al final la liamos. Empezamos a discutir pero no debimos terminar porque creo que me dormí en medio de la discusión, a la mañana siguiente me desperté con un chichón enorme en la frente y el vago recuerdo de haberme golpeado con el quicio de la puerta al ir a hacer pis en medio de la noche... Desayunamos, nos duchamos, nos vestimos, preparo la mesa, entremeses y demás parafernalia (hay fiesta en el pueblo). Cada dos minutos, vaso de agua, hasta que me bajo la botella de dos litros de la nevera sin inmutarme. La niña que no quiso desayunar más que el zumo. Llegan unos amigos nuestros a tomar el café y le traen gominolas... pues hale, que por un día... la niña desayuna gominolas Nos vamos a la sesión vermú con mis taconazos de la noche anterior y voy dejando agujeros por todo el campo. Me meto tres vermús entre pecho y espalda, que para aguantar la que me viene encima me hace falta. Volvemos a casa y veo por la ventana a mi suegra bajando de las habitaciones Prefiero ignorarlo y me voy a la cocina a servirme otro vermú. Me pongo a freir patatas con vestido, taconazos y mandilón verde lima, la niña revoloteando por el medio, mi suegra matando moscas, mi marido, mi padre y mi suegro en la puerta rascando los huevetes, mi madre corriendo detrás de la niña... Me dan ganas de echarlos fuera a todos, dejar las patatas, sentarme a la mesa y echarme otro vermú... Luego en la mesa la niña que no quiere comer, así que mi suegra le da pan (a todo esto, el pan que fui poniendo por la mañana en cada plato, tooooooooooooodo desmigado, sólo quedaba la corteza ), pero anda! a la niña se le antoja el palillo de las aceitunas y mi suegra ni corta ni perezosa le da dos... No hay cara de shock que iguale mi expresión... Me echo más vino al vaso y decido que venga, es un día de fiesta, vamos a tenerla en paz... Me acerco a la niña, le saco los palillos de la boca y me vuelvo a sentar. Acabamos de comer, tengo un colocón de aquí a la luna, y sueño, pero tengo que fregar porque tenemos que volver a la ciudad temprano. Mis suegros y mis papis salen escopeteados y me dejan borracha y sola ante el peligro. Finalmente no sé cómo, echo una mirada y ya está todo recogido, fregado y limpísimo. Salgo a tomar el fresco mientras no nos vamos y me traicionan mis taconazos... ploff, de culo al río. No sabía si llorar o reir, pero como hacía calor e iba medio piripi, ya puestos, me di el gustazo. Así que me tuve que volver a duchar y se me fue despejando la mona. Todo habría acabado ahí si no fuera porque al volver a la ciudad la autovía estaba cerrada y tuvimos que hacer un buen rodeo. Acabamos llegando a las doce de la noche. El lunes tenía tal empanada encima que no era no sabía ni mi nombre y no me podía mover de las agujetas. Hoy, aún no estoy recuperada de todo.
Conclusión: No vuelvo al pueblo. Si vuelvo, no bebo. Si bebo, no pongo tacones.