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Pérdida en el embarazo
Fuente: PadresOK
El complejo, aunque maravilloso proceso que la naturaleza diseñó para la concepción, puede no estar exento de algún inconveniente en el camino.
La pérdida reproductiva precoz es el término espontáneo de un embarazo, que se produce antes de la semana 20 de gestación. Según el doctor Alvaro Inzunza, especialista en medicina materno-fetal de Clínica Alemana, "gran parte de las pérdidas -cerca de un 50%- se producen antes de que la mujer se de cuenta que está embarazada.
Éstas ocurren entre la concepción y la implantación, período en que el huevo recorre desde la trompa de Falopio, hasta el útero".
Otro 30% de pérdidas se produce cuando la mujer tiene sólo días de atraso menstrual y se ha dado cuenta que podría estar embarazada. Como explica el doctor Inzunza, "la cifra oficial de abortos espontáneos que se maneja, es entre un 15 ó un 20% de aquellos embarazos que médicamente se han diagnosticado por ecografía o por atraso menstrual".
Causas y Síntomas
Con frecuencia es difícil saber qué ha causado exactamente un aborto espontáneo. Según el doctor Alfredo Germain, especialista en medicina materno-fetal y profesor adjunto de obstetricia y ginecología de la Pontificia Universidad Católica, se pueden distinguir algunas causas de pérdida durante el primer trimestre de embarazo:
- Causas Genéticas: Es la razón más frecuente de aborto. Corresponde a errores de información genética que ocurren cuando se unen los cromosomas del espermatozoide y los del óvulo. Por ejemplo, uno o dos cromosomas de más o de menos.
- Anormalidades estructurales del útero: Corresponden a malformaciones congénitas o adquiridas del útero. En general, son diagnosticables con exámenes complementarios.
- Defecto en la función ovulatoria: En las primeras etapas del embarazo el ovario produce una hormona que se encarga de la mantención en este proceso. Cuando no se produce o lo hace en forma deficiente, ocurre el aborto.
- Embarazo tubario: Son embarazos que ocurren fuera del útero y que nunca llegan a término. En estos casos se extrae el embrión, favoreciendo la salud de la madre o finalmente es el embrión el que deja de desarrollarse.
Repentinamente y en medio de un embarazo aparentemente normal, se podría presentar el síntoma más importante de una pérdida: el sangrado vaginal. Este aparece, por lo general, luego de un primer flujo escaso y de color café, lo que podría acompañarse de fuertes dolores en la parte baja del vientre.
Frente a estos síntomas, lo más importante es ponerse en contacto en forma inmediata con su médico o recurrir a un centro asistencial. Por medio de un examen pélvico y ecotomografía transvaginal (ETV), verificarán la condición del embrión.
Otra manera de certificar una pérdida es a través de un examen de sangre, que confirma la presencia de la hormona gonadotrofina coriónica, indicadora de embarazo, que se mantiene incluso semanas después de un aborto precoz.
El doctor Germain explica que existe la posibilidad de que el embarazo siga su curso luego que la madre ha presentado algunos síntomas de pérdida.
Como señala el profesional, "si existe sangramiento, el médico podría indicar reposo durante algunos días junto a un control médico periódico que incluya un examen de ultrasonido. En un porcentaje importante de pacientes el flujo se detiene y el embarazo puede seguir en forma normal".
Sin embargo, si el sangrado continúa y los dolores abdominales persisten, la pérdida podría ser inevitable. En algunos casos el útero expulsa su contenido completamente, pero puede ocurrir también, que el aborto espontáneo sea incompleto, es decir, que solamente se haya expulsado parte del contenido del útero, pudiendo ser necesario proceder a una dilatación y a un legrado o raspado uterino.
Es importante en este momento realizar algunos exámenes de sangre a la madre y examinar el tejido extraído para identificar la causa más probable de la pérdida.
Volver a empezar
El hecho que una mujer registre varios abortos precoces no pone en riesgo su salud. Como señala el doctor Inzunza, "no está demostrado que antes de volver a intentar embarazarse sea necesario esperar un año o varios meses más".
Luego de una tercera pérdida consecutiva, llamado "aborto recurrente", los médicos recomiendan ponerse en manos de un especialista para estudiar las posibles causas, hecho que afortunadamente es poco frecuente y ocurre sólo en 0,5 a 1% de las parejas.
El objetivo de esta evaluación es, por una parte conocer qué ha producido los abortos previos y por otra, descartar aquellas condiciones para las que existe un tratamiento preconcepcional o que debe ser instaurado muy precozmente en la gestación.
Estas son condiciones de muy baja frecuencia pero en las que sin un diagnóstico y tratamiento apropiado, no será posible solucionar el problema.
De esta manera, se espera que la pareja se enfrente a un nuevo embarazo con la mayor información y posibilidades de éxito, considerando además un factor fundamental y que no tiene que ver con estudios científicos, que es volver a empezar cuando el dolor de una pérdida esté superado o cuando la herida en el corazón ya esté cicatrizada.
El complejo, aunque maravilloso proceso que la naturaleza diseñó para la concepción, puede no estar exento de algún inconveniente en el camino.