Yo...
nunca he sido de comer mucho, pero comía mal. Hace tres meses decidí cuidarme y he bajado 8 kilos. Ahora yo creo que estoy bien, vamos, que por mí ya me quedaba así. Yo he dejado los carbohidratos salvo en el desayuno (pan, arroz, pasta y patatas), solo los tomo los fines de semana cuando comemos todos en casa o si comemos fuera, y sin excederme. Como mucha verdura y todo a la plancha o hervido (sobre todo pollo, pavo, pescado, calamares). Suelo acompañar lo que haga con ensalada (me acostumbré a no echarle sal, que retiene líquidos, sólo unas gotas de aceite de oliva y vinagre de Módena), queso fresco, champiñones o setas, salteado de verduras... La verdad es que tampoco ceno, pero nunca he cenado porque no suelo tener hambre, así que no me cuesta nada. Y si por lo que sea un día tengo hambre, tomo una taza de leche o una ensalada ligera o una pieza de fruta. También ando mucho e intento subir los cinco pisos de escaleras siempre que no llevo al niño. Como dice mi madre, que es muy sabia la mujer, adelgazar es cuestión de poco plato y mucho zapato. Y crear un hábito sin pasar hambre, porque si no en cuanto dejas la dieta vuelves a engordar. Yo me he acostumbrado tanto a comer sano que ahora si un día me excedo mucho luego me encuentro pesadísima dos días, así que no suelo hacerlo. Si salo de vinos, por ejemplo, tampoco me privo de nada, luego por la semana me sigo cuidando y listo. Así llevo casi tres meses y he bajado de los 62 a los 54 kg. La verdad es que me siento mucho mejor, más ligera, más ágil y menos pesada. Ah, y otro truco importantísimo que yo he notado un montón, sobre todo a la hora de levantarme de la pesa sin sentirme a reventar pero saciada, es masticar mucho la comida y muy despacio. La verdad es que antes más que masticar tragaba directamente...