Buenos días a todas,
Siento no haberos podido explicar nada antes pero es que esto de ser papis primerizos resulta bastante duro!! No tenemos tiempo para nada!! Pero somos la mar de felices!!
A mi me gustaba mucho leer las experiencias de las compañeras de modo que ahí va mi parto. Es un poco largo pero espero que algo os pueda servir de ayuda y no paséis ningún susto.
En principio la fpp era el 30 de junio pero pasó el 30, el 1 el 2... y ni el menor indicio de parto. La tripa no parecía tan grande como días anteriores y aunque yo no había notado que perdiese, mi ginecóloga me dijo que el líquido estaba disminuyendo y que era mejor programar el parto para el día 10 de julio.
Llegó ese día y nos fuimos a la clínica. Hicimos el ingreso y nos pasaron a la zona de partos. Entramos en una habitación y mi marido y yo nos cambiamos. A mi me hicieron desnudar y poner una bata (abierta por detrás)y un gorro y a mi marido un pantalón y una camisa verde y un gorrito y patucos a juego.
A eso de las 9:30 pasamos a la sala de dilatación. me pusieron la vía y esperamos. Como no me venía ni una contracción de las de trabajo me pusieron el gel para el cuello del útero y ahí si que empezaron las contracciones fuertes. Bueno, a mi me parecían fuertes pero no eran nada comparadas con las que vinieron después.
Se fue incrementando el ritmo y nivel de las contracciones y a eso de las 12:45 pedí la epidural. Con el ajetreo y como coincidimos varias parturientas, la comadrona que tenía asignada se olvidó y no me la pusieron hasta cerca de las dos de la tarde. Para entonces ya estaba teniendo contracciones en menos de un minuto y se saturaba la máquina con todas. Ya os podéis imaginar el dolorcillo. Cuando me pusieron la epidural (le deberían llamar banderilla) escuché como el anestesista y otra comadrona criticaban a la mía y como decían que no se tenía que esperar tanto en administrar la epidural... en fin...
Bueno, pues aquí empieza el sidral... Para que estéis informadas: cuando ponen la epidural te ponen el aparato para controlarte la tensión por si sufres una bajada ya que entonces tienen que intervenir para evitar que el bebé sufra. Bien, esto tiene que controlarlo la comadrona pero en mi caso no fue así. se fue, probablemente porque tenía mucho trabajo, y me dio la bajada. Noté como mucho sueño y nada de dolor, por suerte me giré para ver el ritmo cardíaco de Xavi y vi que de 150 o 140 que era lo habitaul, bajó hasta 65 y continuaba bajando. Le grité a mi marido que fuese a buscar a la comadrona y cuando esta llegó me plantó una mascarilla de oxígeno sin mediar palabra y pasó a cambiarme la bolsa de la vía. Mi ginecóloga también vino y con todo esto yo empecé a llorar. Pensé que se moría mi hijito y no podía hacer nada. Por suerte el ritmo cardíaco volvió a subir pero entonces mi marido dijo que se estaba mareando y se desmayó. Pensé entonces que se moría mi marido, estaba todo amarillo, yo me sacaba la mascarilla y les decía que se la pusiesen a él e intentaba tocarlo pero no alcanzaba!! Probablemente pensaréis que soy muy negativa pero es que, con el embarazo, pensaba que tanta felicidad era imposible y cuando pasó todo esto me temí que todo aquello tan bonito se truncase.
Por suerte al tumbarle en el suelo y levantarle los pies empezó a reaccionar y en seguida le enviamos a la cafetería a comer algo ya que desde el desayuno no había comido nada y de eso hacía ya más de siete horas. Más tarde, me explicó que se sintió tan impotente viéndome llorar y pasarlo tan mal que se vino abajo, pobrecillo!!
Bueno, como consecuencia del cambio de bolsa todo el trabajo que había hecho no sirvió para nada volvíamos a tener contracciones más espaciadas y no tan fuertes.
A parte de todo esto yo no dilataba mucho. Cada vez que entraba mi comadrona y me hacía un tacto me decía que estaba verde y que probablemente acabaría en cesárea. En cambio mi ginecóloga que, viendo lo que había sucedido, decidió quedarse hasta el final (cuando su turno acababa a primera hora de la tarde) y cada vez que entraba y me hacía el tacto, intentaba ella misma afinar el cuello y dilatarlo haciendo presión en todo el perímetro. Ella me iba animando y fue la que me dijo que no estaba encajado del todo pero que si empujaba con fuerza cuando ella me indicase podríamos encajarlo y posteriormente tenerlo por vía vaginal.
Y así fue, a las 19:00 entraba en el paritorio. Con tres empujones (ni uno más) encajamos a Xavi y con tres empujones más salió gritando con fuerza. Qué momento tan fascinante!!! Yo, que soy de lágrima fácil, me quedé que no podía ni articular palabra pero sin soltar una lágrima. Aún ahora, a veces me da el bajón y empiezo a llorar sin motivo alguno. Mi marido, que no llora nunca, se quedó también mudo pero a él si que se le escapó una lagrimilla.
Qué preciosidad de niño!! Qué cosita tan bien hecha!! Qué milagro!! Enseguida me lo pusieron sobre el pecho y lo cogió con fuerza mientras me miraba. Esa mirada me cautivó y me enamoró por el resto de mis días!!
Pesó 3.340 gr y midió 51 cm. A mi me tuvieron que cortar y, al igual que las contracciones de parto, lo pude notar porque se estaba pasando el efecto de la epidural. Cuando me cosieron me tuvieron que poner anestesia local porque notaba incluso como pasaba el hilo. No tengáis miedo en pedir la anestesia cuando sintáis dolor!!
Mi marido estuvo a mi lado dándome fuerzas en todo momento. Es mi amor y el mejor compañero que podría haber escogido para esta vida. Ahora ya formamos una pequeña familia!!!
Besitos y un fuerte abrazo para todas!