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Artículo:"se defiende mordiendo" para bbs entre 18 meses y 3 años

Última respuesta: 3 de enero de 2006 a las 16:34
N
nery_10035786
2/1/06 a las 20:53

Hola chicas, este artículo lo encontre en la revista "Guía del niño" de julio 1999-Año XIII N7, espero les sea útil.
Se defiende mordiendo (Ísar Monzón. Pedagoga)
Casi todos los niños pasan entre los 18 meses y los 3 años por una etapa en la que sus respuestas hacia los demás niños están repletas de agresiones como manotazos, patadas, empujones y mordiscos. ¿Por qué tanta agresividad repentina?
Un día sales tan contenta de tu trabajo para recoger a tu pequeño en la escuela infantil y al llegar te encuentras con que la profesora te dice que tu dulce retoño ha mordido a uno de sus compañeros. Te enseña su pequeña manita con la inconfundible marca de una dentadura. ¿pero cómo es posible?, te preguntas. Si siempre ha sido un niño muy pacífico. En casa no hace esas cosas.
¿será la escuela una mala influencia?, ¿estarás haciendo algo mal?
APRENDER A RELACIONARSE
A menudo una de las dudas que se plantean los padres ante la nueva actitud agresiva de su pequeño es estará recibiendo influjos negativos de los otros niños de la escuela, pues hasta ahora nunca se había comportado así.
Debéis tener en cuenta que hasta el momento, el contacto de vuestro pequeño con otros niños de su misma edad había sido muy limitado; algunas veces se veía con sus primos o con los niños del parque, pero realmente no tenía una verdadera relación social diaria. Desde hace poco acude al cole. Aún tiene mucho que aprender sobre la forma de interactuar con los demás.
Tu pequeño además se comporta de una forma egocéntrica: él es el centro de todo. Quisiera que la educadora sólo le hiciese caso a él, cree que todos los juguetes son suyos y que tiene derecho a cogerlos cuando quiera (aunque otro niño los tenga en ese momento).
Es normal que tu hijo se comporte de forma más agresiva (muerde, araña, pega) cuando está en la escuela que cuando está en casa; seguro que también has empezado a observar esas actitudes cuando se junta con más niños en otros lugares. En cierto modo es positivo, pues demuestra su creciente interés por relacionarse. Aunque lógicamente debes enseñarle que hay formas de actuar que no son válidas.
UNA FORMA DE EXPRESIÓN
El deseo de los pequeños de juntarse con otros de su edad y al mismo tiempo de querer ser el centro de todo les lleva a una difícil comunicación que a menudo desemboca en disputas, por ejemplo, por un mismo juguete. Con dos años el lenguaje de tu pequeño es muy limitado; sin embargo su independencia ha aumentado. Cuando tenía un años sus únicas formas de manifestar un enfado o de resolver un problema eran ponerse a llorar o pedir ayuda a un adulto. Ahora, sin embargo, se siente capaz de resolver muchos de sus conflictos, puede descargar su frustración de muchas más maneras que llorando. Si otro niño quiere quitarle un juguete, puede dárselo e ignorar el problema o acusarle ante un adulto, pero lo más probable es que recurra a la resistencia tirando con fuerza del objeto y aún así lo pierde, se vengará del compañero mordiéndole o pegándole. Todas estas actitudes (evitación, denuncia, resistencia y venganza) son las formas que tiene tu pequeño de expresarse; por ello las actitudes violentas suelen ir desapareciendo conforme evoluciona el lenguaje de los pequeños. Ya verás como cuando tenga tres o cuatro años te preocuparán más los insultos que salen de su boca que los mordiscos que da.
Si te fijas, observarás que esta forma de expresarse no está sólo relacionada con los sentimientos negativos. Tu pequeño tampoco puede decir lo feliz que está y manifiesta su alegría, al igual que hacía con su furia, de una forma puramente activa e impulsiva (da palmadas, salta, grita, etc.).
¿Qué hacer cuando muerde?
Que sus mordiscos tengan una explicación no significa que debamos consentirlos. En primer lugar porque causan malestar a otro pequeño y en segundo lugar porque le estarías enseñando a tu hijo que esa es una forma aceptable de resolver sus problemas. Cuando tu hijo muerda a otra persona regáñale y hazle ver que su actitud no te ha gustado nada. No hace falta que le grites; simplemente dile con calma que estás enfadada por que le ha hecho pupa al otro niño y oblígale a que le pida perdón y le dé un beso. Y felicítale siempre que le veas compartiendo sus cosas con otro niño, compadeciendo a un pequeño que sufre o jugando tranquilamente con sus compañeros. Recuerda que la mejor manera de que desaparezca una mala costumbre es enseñar en su lugar una buena costumbre.
MORDISCOS CON BUENA INTENCIÓN
A veces los niños no muerden para hacer daño, sino por el contrario para manifestar afecto. La boca es un órgano muy relacionado con las manifestaciones de cariño y el niño puede desconocer la consecuencia negativa de su acción. Explícale que los mordiscos hacen daño y dile que es mucho mejor dar besos y abrazos.
Diversos estudios demuestran que las madres que hablan con sus pequeños, en términos comprensibles, sobre los sentimientos y emociones de los demás, les ayudan a comprenderlas mejor y de mayores son personas más tolerantes y manifiestan mayor empatía hacia el resto de la gente.
Pero si tu pequeño ya tiene la manía de morder frecuentemente puede aplicarle un pequeño castigo: la técnica del rincón. Consiste en enviar al niño, inmediatamente después del mordisco, a un sitio (siempre el mismo), por ejemplo un rincón de la casa o de la habitación, en el que cese toda actividad y el pequeño se aburra.
Allí debe permanecer tantos minutos como años tiene y un minuto más si se resiste a quedarse. Explícale que lo haces porque ha mordido a un niño y que tendrá que sentarse allí a pensar cada vez que lo haga.
Ten en cuenta que la finalidad es que se aburra y que eche de menos lo que podía estar haciendo. Por tanto, el lugar en el que le castigues no debe tener nada que le distraiga o entretenga. Pero no se trata de asustarle ni de que pase un mal rato; jamás le encierres en un sitio oscuro o siniestro.
Y lo le des un cachete o un azote; está demostrado que en ocasiones, son útiles para eliminar conductas peligrosas como meter los dedos en el enchufe, pero no sirven para promover actitudes más sociales, que es lo que te interesa en este caso. Por el contrario, los niños a los que se regaña a menudo con azote son más propensos a relacionarse con sus compañeros mordiendo o pegando.

Ver también

N
nery_10035786
2/1/06 a las 21:13

De nada
Justo ya me estaba pareciendo que mi Luisfe estaba dando demasiadas cachetadas, encontre esto y dije, a leer, copiar y compartir, de veras espero que sea efectivo...pues el "sin pegar" "eso duele" YA NO ME ESTA HACIENDO EFECTO.
Cariños a ti y a chinito
Chorro

N
nery_10035786
3/1/06 a las 16:34

Up
vamos arriba, derrepente alguien no lo vio
besos

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