Largo pero interesante, lo comparto con ustedes
Es posible trabajar siendo mamá?
Beatriz Goldberg
Le damos la bienvenida a nuestra nueva columnista, la psicóloga argentina Beatriz Goldberg, quien en esta ocasión aborda un tema que a muchas mamás les quita el sueño. Encuentra aquí valiosos consejos para dejar culpas y resentimientos de lado cuando combinas tu rol de madre con el de tu actividad laboral.
Para que una mujer pueda volver a sentirse realmente plena después del nacimiento de su hijo necesita tener una buena reinserción laboral, afectiva y social. Retomar su actividad laboral no significa siempre "volver a trabajar a ese lugar en el cual todos los fines de mes me pagan un sueldo" sino continuar desarrollándose intelectual y físicamente, ya sea en un trabajo remunerado, en su profesión, estudio, curso, voluntariado, deporte, etc. Es decir, reinsertarse en el mundo de las actividades.
Hoy en día es fundamental tener proyectos personales, de pareja, profesionales y laborales. La mujer tiene que estar "en todo", por eso es bueno que no dependa totalmente del hombre aun en aquellos casos en que no necesite trabajar. Lo ideal es que se complementen.
Trabajar o no trabajar, esa es la cuestión
Pensemos por un momento en cuando éramos chicas y soñábamos con ser mamás. Seguramente, más de una habrá imaginado que dejaría de trabajar para quedarse al cuidado de su hijo, o que su actividad laboral no le demandaría tanto tiempo para impedirle ser "una madre perfecta". Hoy probablemente tengamos un trabajo interesante o una gran vocación por determinada carrera, valoremos la independencia económica o la entrada extra para las cosas de la casa, pero a la vez tenemos mucho miedo de relegar nuestro rol de mujeres y fracasar como madres.
El hecho de habernos convertido en madres no significa que todas las mujeres tengamos ahora las mismas necesidades y aspiraciones. Algunas se sienten culpables cuando llega el momento de volver al trabajo porque en el fondo prefieren desarrollarse en ese aspecto y no tanto como madres. Otras están resentidas con el trabajo porque, en secreto, preferirían ser mamás en exclusiva. Otras simplemente están confundidas y eso les trae muchos conflictos a la hora de elegir qué les gustaría hacer o qué las haría más felices. Algunas ni siquiera pueden pensar en sí mismas porque tienen la obligación de trabajar para poder llevar dinero a casa. ¿Cómo se sale de este mar de confusiones? Vayamos desenredando la madeja poco a poco.
En primer lugar, no es lo mismo volver a trabajar para aquella mujer a la que su puesto "no le viene ni le va" que para la que siente amor por lo que hace, lo disfruta y lo extraña. Esto quiere decir que el lugar que tuvo el trabajo antes del embarazo también pesará a la hora de volver.
Todas las mamás que trabajan son vulnerables a una triple disyuntiva: ser leales al bebé, al marido o al trabajo, y suelen sentir culpa por no darles a estas tres actividades o roles ni el tiempo ni la energía suficientes y estar agotadas por intentar hacerlo. Es inevitable que cuando le dedicamos más atención a alguno de estos aspectos sintamos que estamos quitándoles tiempo a los otros.
La mujer tiene muchos roles por cumplir, pero esto no es ningún impedimento. Es posible ser mamá y seguir siendo esposa, hija, profesional, amiga. Un hijo no significa el fin de la carrera, aunque exista un antes y un después de ser mamá, como un antes y un después de Cristo.
Un hijo es un logro fundamental en la vida de una mujer (también en la de un hombre, por supuesto), un logro que potencia el desarrollo laboral y otorga energía. Un hijo se tiene hoy y para siempre (estará eternamente en tu cabeza), pero no significa que debamos interrumpir un desarrollo laboral o profesional. Después de un hijo no sólo es posible seguir con lo que se estaba haciendo, sino también crecer aun más y capitalizar la experiencia.
Toda elección implica un renunciamiento. Es probable que ahora no tengan los mismos tiempos que antes de la llegada de un hijo, pero también es cierto que poco a poco irán acomodándose hasta organizarse por completo. Y verán lo gratificante que es ser las mismas de antes, haciendo aquellas cosas que les gustaban pero ahora con un bebito que las espera, las reclama, les sonríe, las derrite y, en poco tiempo, las llamará "mamá".
Beatriz Goldberg es psicóloga y escritora, especialista en crisis individuales y de pareja. Coordina talleres y dicta cursos y conferencias sobre temas relacionados con su especialidad. Es autora de interesantes libros para la familia.
La columna anterior aquí publicada fue un aparte de su obra "Vivir el embarazo en Plenitud" de Lugar Editorial.
http://www.todobebe.com/sites/sitectl/39c225354fd4-6/92bafcc44acf1e13e3935c39aae14c8b/16d7d6bd4d4a9cca-67046fafb81225db.html