Bueno nenas, pues se acabó mi embarazo.
Como bien os ha contado pink, el lunes pasado rompí aguas a las 3 de la mañana y me fui derecha al hospital.
Cuando llegué,me hicieron un tacto y monitores, y me dijeron que estaba de 2cm (llevaba con 2 cm dos semanas) y que a las 7 empezaríamos con el trabajo de parto.
A las 7 en punto se presentó una matrona con un enema, y Dios!!! que dolor!!!!
A todo esto, estaba con contracciones mas bien flojitas.
Entonces me bajaron a dilatar. Estuve allí como dos horas de nuevo con monitores, yo sola, porque no dejaron bajar a mi marido hasta que no me pusieran la epidural. Durante esas dos horas, las contracciones eran insoportables. De verdad, horrible, un dolor de regla a lo bestia, que me llegaba hasta los riñones, y yo practicando como una imbecil las respiraciones de los cursos y no servía para nada.
Al fin llegó el anestesista. La verdad, es que lo de la epidural era lo que más miedo me daba, porque me veía capaz de soportar los dolores, pero a última hora, os juro que no me importaba el dolor que pudiera pasar. Me pusieron una inyección de anestesia local, y después, la epidural en si. Fue más bien desagradable, pero la verdad es que no me dolió.
Después ya bajó mi marido. Con le epi me quedé tan relajada que me dormí, me midieron la dilatación y como no aumentaba mucho, me pusieron oxitocina, que ni me enteré.
Y ya después de mucho tiempo, por fin llegó mi ginecólogo para ver qué tal iba. La dilatación ya era completa, así que ahora tocaba parir. Todavía en la sala de dilatación, me dijo que empujara cuando tuviese una contración (que no sentía, tuve que fijarme en los monitores para saber cuando empujar).
Pero algo no funcionaba, yo no sabía como empujar. Empujaba todo lo que podía, hasta marearme, pero aquello no bajaba.
El gine me dijo que la niña ya estaba bajando, así que tenía que salir por ahí, y además rápido.
Entonces me pasaron al paritorio. Yo ya sabía que algo no iba bien porque a mi marido no le dejaron pasar. Entonces volvimos a lo de empujar, y nada, que no había forma. Se me ponía la matrona encima empujándome la tripa (un dolor inhumano)pero aún así, nada. Entonces vi que el gine cogía los forceps. Os digo, lo sentí TODO. Pedí por Dios que me dejaran descansar un rato, que no podía con el dolor, pero entonces me colocaron encima una cosita caliente y moradita que me hizo olvidarme de todo.
Fue un segundo, porque enseguida se la llevaron para hacerle las pruebas. Mi marido entró justo para verla salir, y luego la trajeron y yo no podía dejar de mirarla, debajo de una luz que la daba calor, tan preciosa. Y mientras yo miraba a mi niña, me empezaron a coser, y a coser... durante 20 minutos, pero ya me daba igual. Cuando acabaron, le dieron la niña a mi marido y nos subieron a la habitación.
Después de eso, tres días de hospital, donde cada día conocía mejor a mi niña, y cuanto más tiempo pasaba más la quería.
Ahora ya en casa, el parto lo recuerdo como una pesadilla, no como algo que pasara realmente, y sólo consigo recordar el tiempo que paso con ella. Aún me duelen los puntos, pero pasará. Y de verdad, aunque lo diga todo el mundo y suene a frase hecha, es lo mejor que me ha pasado jamás. La dedico el 100% de mi tiempo, pero le dedicaría todavía más si puediera.
Por cierto, si alguien quiere verla, esta en la página web del hospital USP San José, en el album de bebes. Se llama Claudia Rosa Bartolomé. La mala leche es que han colocado la foto al revés, ya he avisado para ver si pueden cambiarla.
Pues eso, nenas, que no os preocupe el parto, por muy malo que sea pasará, y os quedará la mejor de las compensaciones, vuestro bebé.
Un beso a todas