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Uno cuentitos sobre la navidad

Última respuesta: 30 de noviembre de 2007 a las 23:44
A
amia_6871448
23/11/07 a las 10:54

Os dejo unos cuentos sobre la navidad para que le leais a vuestros peques, espero que os gusten.

El niño que lo quiere todo
Había una vez un niño que se llamaba Jorge, su madre María y el padre Juan. En el día de los Reyes Magos se pidió más de veinte cosas. Su madre le dijo: Pero tú comprendes que mira te voy a decir que los Reyes Magos tienen camellos, no camiones, segundo, no te caben en tu habitación, y, tercero, mira otros niños tú piensa en los otros niños, y no te enfades porque tienes que pedir menos.
El niño se enfadó y se fue a su habitación. Y dice su padre a María: Ay, se quiere pedir casi una tienda entera, y su habitación está llena de juguetes.
María dijo que sí con la cabeza. El niño dijo con la voz baja: Es verdad lo que ha dicho mamá, debo de hacerles caso, soy muy malo.
Llegó la hora de ir al colegio y dijo la profesora: Vamos a ver, Jorge, dinos cuántas cosas te has pedido.
Y dijo bajito: Veinticinco. La profesora se calló. Cuando terminó todos se fueron y la señorita le dijo a Jorge que no tenía que pedir tanto. Cuando sus padres se tuvieron que ir, Jorge cambió inmediatamente la carta, aunque se pidió quince cosas. Cuando llegaron sus padres les dijo que había quitado diez cosas de la lista. Los padres pensaron: Bueno, no está mal.
Y dijeron: ¿Y eso lo vas a compartir con tus amigos?
Jorge dijo: No, porque son míos y no los quiero compartir.
Se dieron cuenta de que no tenía ni Belén ni árbol de Navidad. Y fueron a una tienda, pero se habían agotado. Fueron a todas partes, pero nada. El niño mientras iba en el coche vio una estrella y rezó esto: Ya sé que no rezo mucho, perdón, pero quiero encontrar un Belén y un árbol de Navidad. De pronto, se les paró el coche, se bajaron, y se les apareció un ángel que dijo a Jorge: Has sido muy bueno en quitar cosas de la lista así que os daré el Belén y el árbol. Pasaron tres minutos y continuó el ángel: Miren en el maletero y veréis. Mientras el ángel se fue. Juan dijo: ¡Eh, muchas gracias! Pero, ¿qué pasa con el coche? Y dijo la madre: ¡Anda, si ya funciona! ¡Se ha encendido solo! Y el padre dio las gracias de nuevo.
Por fin llegó el día tan esperado, el día de los Reyes Magos. Cuando Jorge se levantó y fue a ver los regalos que le habían traído, se llevó una gran sorpresa. Le habían traído las veinticinco cosas de la lista. Enseguida, despertó a sus padres y les dijo que quería repartir sus juguetes con los niños más pobres.
Pasó una semana y el niño trajo a casa a muchos niños pobres. La madre de Jorge hizo el chocolate y pasteles para todos. Todos fueron muy felices. Y colorín, colorado, este cuento ha acabado.


El Pequeño Árbol de Navidad
Hace mucho tiempo, durante una guerra terrible que asolaba los campos y las ciudades, una madre y sus dos hijos pequeños, vivían en una casita, cerca de un bosque. El padre de los niños estaba en la guerra y ellos siempre estaban tristes pensando en él. Eran malos tiempos. Los soldados pasaban y se llevaban todo lo que habían plantado en el huerto, sus gallinas, sus cerdos y cualquier otra cosa comestible que encontraban. Si, eran muy malos tiempos. Por suerte tenían buenos vecinos y se ayudaban mutuamente en lo que podían. Pero las guerras no solo son duras para las personas. También son muy malas para los árboles. Todos los bosques alrededor de la casa habían sido heridos por el fuego de los cañones, o cortados para hacer hogueras que calentasen a los soldados. Cerca de la casa de Ana y Juan, que así se llamaban los niños de nuestra historia, una gran batalla había destruido todos los grandes árboles, pero un abeto joven seguía intacto. Era tan pequeño aún, que las balas de cañón le habían pasado por encima sin tocarlo.
El pequeño abeto se había puesto muy triste al ver a sus mayores morir de forma tan cruel. Él ya sabía que el destino de todos los árboles es morir algún día, pero después de haber ayudado a las personas de muchas maneras. Ayudando a que construyeran sus casas, sus muebles o siendo mástil de un gran barco de guerra. "¡Eso si sería un bonito destino.!", pensó el pequeño árbol. Imaginó las velas que él sustentaría firmemente, incluso en la peor de las tormentas, y como los marineros alabarían su entereza y gallardía. Pero él era demasiado pequeño para eso aún. Pensaba, asustado, que la guerra podía terminar sin que él hubiera podido hacer nada útil. Nadie parecía darse cuenta de su existencia, hasta que una mañana, vio que una mujer y dos niños se aproximaban. La niña tosía mucho, pero el niño y su mamá parecían bastante fuertes. Se le acercaron decididos y para deleite del árbol, la mamá saco una pequeña hacha y cortó su delgado tronco. "¡Esto si que es una aventura - pensaba el arbolito -. Quizá esta señora y sus hijos construyen barcos diminutos y me usaran como mástil de uno de ellos...!". Juan y su mamá, pusieron el árbol en una esquina del comedor de la casa, y lo colocaron bien recto."¿Qué irán a hacer conmigo?", se preguntaba el abeto, pero cuando vio que los niños cogían sus juguetes viejos y los colgaban de sus ramas, y empezaron a decorarlo con pequeños trozos de cintas, comprendió que se había convertido en un Árbol de Navidad.
Por un lado, no había mejor destino que ser Árbol de Navidad, pero por otro, a él le hubiera gustado ser un potente mástil que desafiara vientos y tempestades en medio de los océanos. Como no tenía muchas opciones, decidió que sería el mejor Árbol de Navidad del mundo. Enderezó sus ramas tanto como pudo, y cuidó de que no se le cayera de ellas ningún juguete ni adorno, cuando la pequeña Ana, que apenas había comido por culpa de la fiebre y la tos, se le acercaba, tambaleando un poco, para acariciar sus verdes ramas. La mamá de Juan y Ana, a falta juguetes nuevos, les contó esa noche bonitos cuentos de hadas y fantasmas, historias de la Biblia y relatos de otras navidades pasadas, hasta que los niños se durmieron El Árbol escuchó bien atento todas y cada una de las palabras, y las recordó, porque los árboles tienen la mejor memoria de todas las plantas. No son como la hiedra, que recuerda solo lo que quiere o como el césped, que se olvida de todo. Aún estuvo unos días el Árbol en la esquina de la sala, pero no vio a la pequeña Ana, que estaba en cama, muy enferma. Él quería ayudar, pero todo lo que podía hacer era seguir sosteniendo los juguetes en sus ramas, que por cierto, ya empezaban a dejar caer algunas de sus agujas, lo que le producía un ligero dolor. Esa era la parte desagradable de ser un Árbol de Navidad. Una mañana, Juan y su mamá, le descolgaron todos los juguetes y lo llevaron al cobertizo. "No lo cortemos todavía", dijo Juan. La mamá estuvo de acuerdo. Además no tenia tiempo para eso. Estaba siempre al lado de Ana, que empeoraba.
El pequeño abeto levanto la vista y vio una familia de ratones que lo miraba atentamente. "No pareces muy bueno para comer", dijo el ratón mas joven. "Estoy de acuerdo - dijo el Árbol, que nunca había oído hablar de ningún abeto que hubiera servido de comida a los ratones - pero es posible que pueda ser bastante útil como caliente cama para todos vosotros". Los ratones pensaron que era una buena idea, y entraron hasta el mismo corazón del Árbol, refugiándose entre sus ramitas. El viento fue muy fuerte esa noche y hacia mucho frío. Los pequeños ratones estaban hambrientos y no podían dormirse. El Árbol recordó a la mamá de Juan y Ana. "Yo no puedo darles comida, pero sé los mas bonitos cuentos que nadie haya oído jamás". Y contó todas las historias que escuchó contar a la mamá de los niños, hasta que los ratoncitos se durmieron entre sus cálidas agujas. Y el Árbol también se durmió. Ya se estaba secando y se sentía muy cansado. Dos días después, ya no quedaba leña en el cobertizo. El padre ratón le dijo al Árbol; "Ellos te quemaran muy pronto", "¡Ojalá pueda quedarme despierto el tiempo suficiente para hacer un buen fuego...!", contestó el Árbol. La mamá de los niños entro al poco rato y cortó el Árbol en pequeños trozos. En la sala hizo un gran fuego, y trajo a la pequeña Ana junto al calor. "Dios quiera que rompa la fiebre con todo este calor y el olor a pino que desprende este arbolito"!. Y el Árbol que había escuchado esas palabras, ardió tan fuerte y tan caliente como pudo, y de cada uno de sus trozos sacó hasta la última chispa del calor que contenían. Al amanecer, la fiebre de Ana había desaparecido y sólo quedaba un montoncito de cenizas del pequeño Árbol en la chimenea. Su destino se había cumplido como el de todo Árbol. Siendo útil a las personas hasta el final. Y más allá del final, porque nos dejó este bonito cuento.


LA PRIMERA NAVIDAD


ERA UN HERMOSO DIA
24 DE DICIEMBRE, TODOS LOS NIÑOS ESTABAN ANSIOSOS ESPERANDO
LA NAVIDAD.
EN LAS CALLES SE ESCUCHABAN
CANTICOS NAVIDEÑOS.
ESTABAN TODAS LAS FAMILIAS REUNIDAS EN ESTE DIA TAN ESPECIAL.
PEDRITO ERA UN NIÑO DE 7 AÑOS.
EL TRABAJABA TODOS LOS DIAS
PARA DON JUAN.

PARA PEDRITO ERA IMPORTANTE PODER AYUDAR A SU MADRE.
ELLA ESTABA EN CASA CUIDANDO A LA PEQUEÑA MARIANA,
SU HERMANITA DE TRES AÑOS.
DON JUAN ERA UN JOYERO CON MUCHO DINERO, PERO, TAMBIEN
ERA UN HOMBRE SIN FAMILIA, LO UNICO QUE LE IMPORTABA
ERA EL DINERO Y MIRABA A PEDRITO SOLO COMO UN TRABAJADOR,
NO COMO A UN NIÑO.

PEDRITO MIRABA TRISTE POR
LA VENTANA COMO TODOS
LOS NIÑOS JUGABAN.
-DON JUAN GRITO: ¡PEDRO!
-SI SEÑOR, RESPONDIO PEDRITO
-QUE HACES MIRANDO
POR LA VENTANA,
NO TERMINAS AUN TU TRABAJO.
-PEDRITO DIJO : ¡HOY ES NAVIDAD!
HOY A LAS DOCE DE LA NOCHE
ES EL CUMPLEAÑOS DEL NIÑO JESUS,
HOY ES UN DIA MUY ESPECIAL.


- ¡Y A MI QUE ME IMPORTA! CONTESTO DON JUAN,
¡CREES QUE HOY VAS A PODER ESCAPARTE MAS TEMPRANO DE TUS DEBERES, TRABAJA MEJOR!.
- PERO DON JUAN HOY QUERIA COMPRAR ALGUNAS COSAS
PARA LA CENA DE NAVIDAD, RESPONDIO PEDRITO.
- ¡PARA LA CENA DE NAVIDAD!, RIO DON JUAN, TU LO UNICO QUE QUIERES
ES ESCAPARTE MAS TEMPRANO, HOY ES UN DIA COMUN Y CORRIENTE,
MEJOR SIGUE TRABAJANDO SI QUIERES MANTENER TU EMPLEO.
- SI DON JUAN, CONTESTO PEDRITO MUY TRISTE POR QUE NO IBA A PODER COMPRAR LA CENA DE NAVIDAD PARA SU MADRE Y LA PEQUEÑA MARIANA.
BUENO, DIJO PEDRITO, QUE MAS VOY A HACER, TENGO QUE AYUDAR A MI MADRE, PORQUE YO SOY EL HOMBRE DE LA CASA.
PEDRITO SIGUIO TRABAJANDO TAN TRISTE QUE DERRAMO UNA LAGRIMA
SIN SABER QUE LO ESTABAN OBSERVANDO DESDE EL CIELO,
Y LE PIDIO A EL VIEJITO PASCUERO QUE POR FAVOR
HICIERA ALGO PARA PODER DARLE
UNA LINDA NAVIDAD A SU FAMILIA.
EN ESE MOMENTO, DON JUAN PEGO UN GRITO DE HORROR
QUE CASI LE SACA EL CORAZON A NUESTRO AMIGO PEDRITO.
- ¡PEDRO, PEDRO VEN APURATE! - GRITABA DON JUAN HORRORIZADO.
- DON JUAN ¿QUE LE PASA? PREGUNTO PEDRITO.
- DON JUAN ASUSTADO ABRAZA A PEDRITO, ¡VI UN FANTASMA, VI UN FANTASMA!
PEDRITO MIRO PARA TODOS LADOS EN LA HABITACION DE DON JUAN.
- CALMESE DIJO PEDRITO, YO NO VEO NADA, LOS FANTASMAS NO EXISTEN.
- ¿ME ESTAS TRATANDO DE MENTIROSO? EXCLAMO DON JUAN.
- NO DON JUAN, DISCULPE NO QUISE DECIR ESO.
- ¡SIGUE TRABANDO MEJOR!, FUE UNA PESADILLA ¡SIGUE TRABAJANDO!
PEDRITO SIGUIO TRABAJANDO SORPRENDIDO,
POR LO QUE LE HABIA OCURRIDO A DON JUAN.
- FANTASMAS, LA IMAGINACION DE DON JUAN.
- DON JUAN REPETIA Y REPETIA: ¡FUE UNA PESADILLA, LOS FANTASMA NO EXISTEN!
- PERO NO ME QUIERO QUEDAR SOLO, LE VOY A DECIR A PEDRO
QUE SE QUEDE HASTA MAS TARDE POR SI ACASO.
DON JUAN NO SABIA QUE LOS DUENDES DE NAVIDAD
LE HABIAN JUGADO UNA BROMA.


- DON JUAN DIJO: ¡PEDRO NECESITO
QUE HOY TE QUEDES HASTA MAS TARDE!
- PERO SEÑOR, HOY ES NAVIDAD
Y MI FAMILIA ME ESTA ESPERANDO.
- ¡PEDRO TE PAGO EL DOBLE!
- PERO DON JUAN, YA TENGO
CASI TERMINADO MI TRABAJO
Y DEBO IR A CASA.
DON JUAN NO LE QUERIA DECIR A PEDRITO QUE ESTABA ASUSTADO,
PERO PEDRITO LO SABIA
Y QUERIA QUEDARSE,
PERO ERA NAVIDAD Y NO PODIA.

A PEDRITO SE LE OCURRIO UNA IDEA:
"INVITAR A DON JUAN A SU CASA A PASAR LA NAVIDAD"
- DON JUAN: LO INVITO A PASAR LA NAVIDAD CON NOSOTROS
PARA QUE NO SE QUEDE SOLO.
DON JUAN ESTABA EMOCIONADO POR EL OFRECIMIENTO DE PEDRITO,
YA QUE NADIE LO INVITABA A SU CASA.
POR LO QUE SIN PENSARLO ACEPTO.
CUANDO LLEGARON A LA CASA DE PEDRITO, DON JUAN QUEDO IMPRESIONADO PORQUE EN ESA HUMILDE CASA, LA CUAL ERA MUY PEQUEÑA,
HABIA TANTA FELICIDAD.
DON JUAN SONRIO COMO NUNCA LO HABIA HECHO,
SE DIO CUENTA QUE NUNCA HABIA TENIDO UNA NAVIDAD
Y AHORA LA COMPARTIA CON UNA FAMILIA MUY ALEGRE.
AL LLEGAR LAS DOCE,
DEBAJO DEL ARBOLITO
APARECIERON LOS REGALOS
PARA LA FAMILIA...
¡Y HASTA A DON JUAN LE LLEGO
SU REGALO DE NAVIDAD!...


Besitos para todas

Marian

Ver también

S
saula_9360537
30/11/07 a las 16:28

Que bonitos!
Haciendo una búsqueda sobre disfraces de navidad(concretamente de angelito), he encontrado este post triste y solo, así que lo subo para que lo veais ya que es muy propio de estas fechas.

Saludos:

I
ionica_8149674
30/11/07 a las 18:18

¡que bonito!
¿son tuyos? el de La primera navidad me ha recordado al cuento de Mr. Scrooge ( un clásico, creo que se escribe así )lo enseñan casi cada año en la tele y me lo chupo siempre, ahhh me encanta la navidad. Gracias guapa

F
famara_5657767
30/11/07 a las 23:44

Marian muchas gracias
te aseguro que en un par de añitos se los contaré a Elena (ahora sólo tiene 6 meses) y seguro que se emocionará tanto como lo ha hecho hoy su madre.

Un besazo enorme.

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