Ala! otra igual
A mí no es que no me guste mi trabajo, pero es muy esclavo, y tienes que luchar con la gente, y hay cada un@.............uffffff. Hay días que acabo saturada.
Además lo que más me fastidia es que cuando vuelvo a casa tengo que seguir trabajando, preparando comidas, cenas, recogiendo trastos.
No puedo dedicar casi tiempo a mis hijos. A la mayor le ayudo lo que puedo con los deberes, y al pequeño pues el baño, la cena, etc. Pero no disfruto realmente de ellos.
Además ahora los fines de semana mi marido se tiene que ir a trabajar porque nos estamos haciendo una casa y, como no tenemos un duro, tiene que ir él a currar allí y hacer de obrero, fontanero, electricista, etc.
Así que ahora mismo mi vida la veo tan gris que la única esperanza que me queda es que me toque la primitiva y me largo al Caribe con mis niños a bailar samba en la playa y a tomarme una Caipirinha y a reirme de todos mis sufrimientos.
Ay! primitiva, cuando vendrás a mis brazos?